Comienzan las dos campañas
Nadie espera a los candidatos, la sociedad entera aguarda la llegada del maná turístico. La impronta ociosa de Balears es tan poderosa que hasta los aspirantes a La Moncloa parecen aquí turistas despistados en Hawai

'La línea roja' de Matías Vallés (04/05/16)
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Palma de Mallorca
En Balears vivimos a lo grande. Mientras el resto de España reinicia una campaña, aquí inauguramos dos. La electoral y, sobre todo, la turística.
Tendremos donde elegir pero, por primera vez, el recuento de visitantes supera en emociones al recuento de votos.
Nadie espera a los candidatos, la sociedad entera aguarda la llegada del maná turístico. La impronta ociosa de Balears es tan poderosa que hasta los aspirantes a La Moncloa parecen aquí turistas despistados en Hawai.
Tan despistados que Rajoy se felicita "aquí, en la isla de Palma". Fin de la cita. Sánchez no le va a la zaga, su imagen de Mallorca se resume a su aprendizaje de picador durante sus veraneos en Alcúdia y Can Picafort.
No importa. En la repetición de sus discursos, Rajoy, Sánchez, Rivera o Iglesias tienen tanto que decirnos como un turista finlandés, dicho sea sin ánimo de ofender a los turistas noruegos.
De hecho, la irritación –lo siento, no me atrevo con una palabra ma´s clara– de la ciudadanía con los candidatos recomienda que vengan camuflados con sus 'shorts', sus sandalias con calcetines y su cubo de sangría a cuestas.
Los cuatro líderes viajaron a Mallorca en las elecciones que no sirvieron para nada. Me gustaría preguntarle a Sánchez qué se siente al haber renunciado a La Moncloa. Nos limitamos a constatar que empiezan las dos campañas. La seria, y la electoral.




