Los jóvenes de Fuentenovilla cumplen con la tradición de plantar el mayo
Salieron a la chopera a buscar el ejemplar más alto y recto para celebrar la fiesta de los mayos
Fuentenovilla
La tradición de los mayos es una de las más arraigadas en la provincia de Guadalajara, especialmente en la comarca de la Alcarria. No hay pueblo que se precie que no movilice estos días a sus mozos para plantar en las plazas o junto a la Iglesia el árbol, generalmente chopo, en cuya cima se cuelga el jamón o algún otro obsequio.
Una de estas localidades es Fuentenovilla cuyos mozos bajaron en la víspera del 1 de mayo al paraje del "Huerto del tío Jesús" a buscar el mejor chopo. De acuerdo con las preferencias de los quintos, se eligió un árbol, derecho como una vela, con unos 20 metros de altura.
Después de cortarlo, lo cargaron a hombros para recorrer el kilómetro que separa la chopera del corralón donde se iba a plantar. Una vez allí, y con los sabios consejos de los mayores del lugar, se procedió a hizar este magnífico ejemplar. Ayudados por cuerdas, horquillas y por la fuerza bruto de los braceros el chopo recuperó la verticalidad y quedó dispuesto para retar a los más valientes a llegar a su copa.
Entre un esfuerzo y otro los quintos y sus ayundantes recuperan fuerzas, se hidratan con la dulce limonada preparada para ello. ¡Y bien que se agradece el trago después de sudar !
Realizado el trabajo más duro llega el momento del regocijo y la picardía, el de los cantos y las miradas de reojo a la moza pretendida o al padre que está al acecho. Eso sí, primero se canta el mayo a la Virgen, la mejor moza del pueblo, la más querida. Después, siguiendo la costumbre, los fuentenovilleros marchan a la puerta de la alcaldesa, también moza de buen ver. Allí cantan la primera de las cuarenta rondas que se escuchan esa noche. La regidora, Monserrat Rivas, les obsequia con bollos y moscatel.
Cumplido el protocolo, empieza el recorrido de barrio en barrio, sin descanso, hasta que no queda casa en la que viviera una moza sin rondar. Les dan las tantas de la noche.
Y ya el primero de mayo, los mozos salen de nuevo de sus casas, algunos resacosos, pero todos animados para cobrar el mayo, de casa en casa. Los vecinos les dan la voluntad y con lo recaudado la mocería invita a comer a los que han colaborado con ellos durante la fiesta.
Jesús Blanco Orozco
Jefe de Informativos responsable de la información local. Carrera profesional desarrollada principalmente...