Ésta sí que es una final

Getafe

En la semana en la que el fútbol europeo conocía los equipos que se disputarán los dos grandes títulos continentales, dos ciudades (Getafe y Gijón) viven pendientes de otra final, la del domingo a las 17:00 en el Coliseum. Alejada de la alegría y la fiesta que suele rodear estos partidos, en este caso viene rodeada de angustia y temor por el fracaso y todas las consecuencias deportivas y económicas que supondría para cualquiera de los dos conjuntos.

Azulones y rojiblancos llegan a la penúltima jornada en puestos de descenso y empatados a puntos (con A.D. Rayo Vallecano también con 35, Granada C.F. con 37 y R.C. Deportivo con 39) por lo que lo que no sea ganar, para cualquiera de ellos, prácticamente le condenaría a la Segunda División dependiendo de lo que hagan los vallecanos en Anoeta (con la Real Sociedad sin nada en juego), los granadinos en el Sánchez Pizjuán (con los sevillistas pendientes de sus dos finales) y los coruñeses en El Madrigal (con los amarillos clasificados para Champions).

El partido del domingo será también duelo de aficiones: la tradicionalmente viajera y fiel del Sporting (más de 4.000 asturianos se esperan en Getafe) y la más fría azulona, que, extraordinariamente y gracias a la acción del club y la Federación de Peñas, llenará su estadio en apoyo a los suyos.

Dentro del vestuario getafense el ambiente es de la lógica tensión pero también de confianza vista la imagen del equipo en los últimos tres partidos en los que se han sumado siete puntos. Lacen aseguraba que “creo más que nunca en la salvación” y que “ahora dependemos de nosotros”.