Estrella Morente enamora con la brujería de Falla a Cartagena
La granadina acompañada por la Sinfónica de la UCAM ofreció su versión del libreto de María de la O Lejárraga musicado por Manuel de Falla hace más de cien años
José Miguel Cerezo
Murcia
El choque de dos mundos opuestos abarrotó en la noche del pasado sábado el Auditorio El Batel de Cartagena. El flamenco, de la mano de Estrella Morente, el clasicismo, al abrigo de la joven Orquesta Sinfónica de la UCAM desbordaron pasión y elegancia en la presentación en la ciudad portuaria de El amor brujo de Manuel de Falla en una gira que les ha llevado por Alicante, Valencia, Madrid, Murcia y claro, la antigua Cartago.
José Miguel Cerezo
Rompió el silencio la sinfónica católica bajo la dirección de José R. Pascual-Vilaplana con una primera parte del espectáculo dedicada al maestro Manuel de Falla al que ofrecieron varias de sus obras, la Danza nº1 de La vida breve para comenzar, a la que siguió la Danza de los vecinos de El sombrero de tres picos. Ya con Estrella Morente mandando sobre las tablas de El Batel nos regalaron Farruca y canciones populares de nuestro país: El paño moruno, asturiana, nana y polo llevándonos a la España costumbrista de principios del siglo pasado. Dramática y teatral la Morente, un animal escénico que se salía del escenario abarcando todas y cada una de las butacas del coliseo cartagenero.
En la segunda parte de la noche nos trasladamos a 1915 con El amor brujo de la mano de la obra de María de la O Lejárraga musicada por el maestro Falla hace ya más de cien años. Canción del amor dolido, Romance del pescador o Danza del fuego fatuo que la granadina dotó de misticismo y raíz, pasión y expresividad en cada uno de sus cantes, sus lances y miradas profundas en la piel de una Estrella Morente convertida en Candela.
José Miguel Cerezo
Y claro, Estrella, se puso flamenca. Acompañada por José Carbonell Montoyita al toque y las palmas y jaleos de Antonio Carbonell y Ángel Gabarre ofreció una pincelaita del arte que ha mamado en su casa, en la casa de el Ronco de Granada, del genio Enrique Morente. Y Cartagena, que hasta tres veces obligó a salir a la cantaora al escenario tras su despedida, fue en la noche del sábado un poco más feliz...
