Cómo pedir a los demás en el trabajo para obtener resultados
En los centros de trabajo se viven momentos de estrés en los que logar el máximo rendimiento es complicado

Valencia
El título de hoy trae consigo la reflexión acerca de cómo desarrollar nuestra resiliencia puede ayudarnos en nuestro trabajo y en nuestra vida, ayudándonos a vivir de otra manera las situaciones adversas, y a salir fortalecidos de las mismas.
El concepto de resilienciaprocede de la Física, y hace referencia a la capacidad de un material de recobrar su forma original después de haber sido sometido a una presión deformadora. Este vocablo lo rescata y utiliza la Psicología para definir la capacidad humana para adaptarse a los cambios, hacer frente, superar o sobreponerse a los problemas, adversidades o situaciones de estrés, y que hace que los convirtamos en oportunidades de crecimiento y desarrollo.
En el ámbito laboral es importante debido a que en él vivimos multitud de momentos que pueden ser desencadenantes y fuentes de estrés, y el ser resiliente nos puede servir para no dejarnos arrastrar por una situación concreta de dificultad.
A pesar de que hay profesiones en las que la resiliencia cobra una mayor importancia, por trabajar con personas especiales o en situaciones con una carga de estrés importante, como por ejemplo personal sanitario, educativo, o cuerpos de seguridad, en realidad todos podemos percibir problemas en nuestro día a día y/o tenemos que enfrentarnos a situaciones que pueden hacer tambalear nuestra seguridad o confianza, como por ejemplo habernos quedado sin trabajo o enfrentarnos a un cambio de rumbo laboral.
Podemos saber si somos resilientes haciendo nuestro propio autodiagnóstico y viendo si cumplimos las principales características de las personas resilientes, como pueden ser: la actitud positiva y activa, tener un sentimiento de autoeficacia elevada, capacidad de aceptación -que no resignación-, la esperanza y la flexibilidad o capacidad de adaptación. En definitiva, sabremos si somos resilientes, si somos capaces de asumir las dificultades como desafíos, olvidando el miedo y tratando de verlas desde un punto de vista positivo, asumiendo las dificultades como una oportunidad para aprender, crecer y mejorar.
En cualquier caso, es una capacidad que siempre podemos integrar en nuestra manera de afrontar la vida y comportarnos, y que puede ser entrenada, por lo que podemos aprovechar cualquier situación adversa para aprenderla.




