‘En busca de los delfines’

FIRMA ROSARIO PEREZ 'EN BUSCA DE LOS DELFINES'
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Algeciras
La Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras ha vuelto a poner en marcha este lunes, 30 de mayo, una nueva edición, y ya van cuatro, de la actividad “Conoce tu puerto”, que permitirá a unos 1.500 ciudadanos de la comarca conocer desde el mar las instalaciones portuarias, los barcos más grandes del mundo, e, incluso, disfrutar del avistamiento de delfines en aguas de la Bahía. Las visitas, que son gratuitas, y que se llevarán a cabo de lunes a viernes hasta el próximo 10 de junio, se realizan en el barco habitualmente fletado por la Autoridad Portuaria para estas lides, el Jackelin, y ayer ya había lista de espera para intentar reservar las pocas plazas que quedan disponibles.
Por cuestiones profesionales, yo me había subido ya unas cuantas veces al Jackelin… La última, el pasado octubre, cuando la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar organizó el trigésimo tercer Congreso de Periodistas del Estrecho y una de las actividades complementarias consistió, precisamente, en un paseo en barco para que los congresistas, españoles y marroquíes, pudieran ver las instalaciones portuarias desde el agua. Fue un buen paseo, pero me pilló trabajando, y, por ello, no lo pude disfrutar como me hubiera gustado.
Pero esta vez no. Esta vez, por primera vez, me he subido al Jackelin en plan turista, agarrada de la mano de mi peque: ese “marinero” de apenas cuatro años que, sin proponérselo, maneja inevitablemente el timón sin rumbo fijo de mi vida. Y qué diferente es un viaje en barco cuando se hace, por primera vez, de la mano de un niño…! En realidad…. ¡qué diferente es todo, en la tierra, en el cielo y en el mar, cuando se tiene el efímero privilegio de poder mirar la vida a través de los ojos de un niño!
Tal vez realmente por eso, esta vez, mi paseo por la Bahía en el Jackelin ha sido tan diferente… Porque los delfines esta vez no aparecieron, pero ni falta que hizo, porque mi hijo creyó que los estaba viendo, y, a través de sus ojos, yo también los vi, saltando juguetones sobre las olas…
Y no sólo eso: cuando el barco se aproximó lo más posible al Peñón de Gibraltar, justo hasta ese punto en el que, inevitablemente, toca dar la vuelta, mi pequeño capitán y yo también vimos la sombra de una ballena, los reflejos de la cola de alguna que otra sirena, y hasta la silueta del tridente de un tritón que asomaba allá a lo lejos, entre un revuelo de gaviotas. Por supuesto, nadie más se dio cuenta, como tampoco nadie más que nosotros dos se percató de la maniobra de aquel barco pirata que parecía acercarse peligrosamente por estribor, y que, en un momento dado se dio la vuelta, justo cuando a Daniel se le echó encima la hora sagrada de la merienda.
Por la noche, claro está, antes de caer rendidos después de una tarde plagada de emociones, tocaba contar un cuento… uno de esos cuentos que las mamás y los papás nos inventamos a veces, sin guión ni libro de por medio, para que nuestros peques se sepan protagonistas de sus propias aventuras…. Esos cuentos que tan necesarios son para dar alas a la imaginación y a la creatividad de los niños, y que nada tienen que ver con los "cuentos" chinos que nos cuentan luego, cuando nos hacemos mayores y descubrimos que las sirenas no existen, ni los tritones tampoco, y que los verdaderos piratas viven en tierra firme, lejos, muy lejos, de la inocencia y los delfines.




