Yonkis del restaurante pagado y del coche con chofer
En esta autonomía se ataban los yates con longanizas; te decían que eras cojonudo; cruzabas la Comunitat Valenciana de alfombra roja en alfombra roja y encima, arrasabas en las urnas
La Columna de Carlos Arcaya | Yonkis del restaurante pagado y del coche con chofer | 31/05/2016
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Alicante
La mayoría de ustedes que, como yo, como mucho han usado el BlaBlaCar o que lo más parecido a un coche oficial con chofer que conocemos es el autobús urbano, no podemos entender esa necesidad, esa pulsión; ni tampoco llegamos a acercarnos a la erótica o la estética de desplazarse en coche oficial con chofer por Madrid a 1.000 eurazos por cuatro días.
¿A que si un sábado cualquiera les invitan a una fiesta de barra libre, beben más de la cuenta? Bueno, pues imagínense que la barra libre se repite un día tras otro, durante años y años. Nuestros políticos eran humanos. Entiéndanlo. Algunos se convirtieron en yonkis del restaurante pagado desde la consellería de turno y del coche con chofer a la puerta.
Pero además, tenemos que ponernos en tesitura. En esta autonomía en la que éramos los mejores, se ataban los yates con longanizas; continuamente te decían que eras cojonudo: te lo decía Alvarito Pérez en su boda y los ex directivos de Canal 9, aunque ahora tengan que pedir perdón; cruzabas la Comunitat Valenciana de alfombra roja en alfombra roja y encima, arrasabas en las urnas.
Ya ven, fueron víctimas de la desmesura del sistema. Pobrecitos. ¿A qué les dan pena?