Los juzgados cántabros están menos saturados que la media nacional
La Memoria Judicial de 2015 destaca la estabilidad de las plantillas de funcionarios como una de las claves para acortar los plazos de resolución
Santander
Los juzgados de Cantabria se sitúan entre los menos congestionados de España. Así lo recoge la Memoria Judicial de la región correspondiente al año 2015 y que este lunes ha presentado el presidente del Tribunal Superior. Los tiempos para obtener respuesta a un proceso se redujo casi un 11 por ciento en primera instancia y un 7 por ciento en segunda respecto a 2014.
Unos cuatro meses de media tarda un ciudadano cántabro en recibir una sentencia en primera instancia. Hasta ocho, si decide recurrir. Tiempos que se sitúan por debajo de la media nacional y que convierten a Cantabria en uno de los territorios donde más rápido se resuelven las causas judiciales
La litigiosidad desciende ligeramente, hasta los 180 pleitos por cada mil habitantes. Sin embargo, nuestra región sigue siendo el lugar donde más se litiga del norte del país.
Disminuyen los asuntos penales (un 10%) mientras aumentan los civiles, principalmente en el aspecto mercantil. En total, se han resuelto más de 108.000 causas.
Según el presidente del Tribunal Superior de Justicia, José Luis López del Moral, la estabilidad de las plantillas en los juzgados cántabros, hay menos movilidad, supone que exista mayor especialización y, como consecuencia, más agilidad.
La plantilla de jueces aún sigue siendo escasa, dice López del Moral. Sin embargo, asegura que el Ministerio está siendo “justo” con Cantabria.
Donde aún no se ha recibido respuesta por parte del Estado es en materia reivindicativa. El presidente del TSJ reivindica, otra vez, un nuevo juzgado de primera instancia en Torrelavega, otro de carácter mixto en San Vicente y otro con competencia civil y mercantil en Santander.
En materia más específica, por ejemplo, en los juzgados de violencia sobre la mujer se presentaron más de 1.300 denuncias. También se resolvieron 960 divorcios. 58 empresas entraron en concurso de acreedores, de las cuales se liquidaron casi una treintena de sociedades.