Locura, y lío, por ser testigos del ascenso
Colas de doce horas para conseguir alguna de las 500 entradas que el ‘Lega’ puso a la venta. Malestar entre los aficionados
Leganés
La fiebre albiazul que afecta desde hace meses a Leganés vivió este lunes uno de sus episodios más significativos. El club ponía a la venta a las 17:00 horas las entradas que el C.D. Mirandés le ha entregado para el partido de Anduva, pero desde primera hora de la mañana, largas colas de aficionados se podían ver en Butarque y el propio Borja Lázaro las recogía en su cuenta de twitter.
El problema y el malestar entre los aficionados llegó cuando se acabó, en poco más de hora y media, el cupo de 500 entradas que el club pepinero sacó a la venta y al saber que no podría haber más entradas ya que el propio C.D. Mirandés ha comunicado que se han vendido todas y que, ni siquiera el día del partido, se abrirán las taquillas.
Eso no evitó que algún leganense, según informa la federación de peñas, recorriera este lunes los 340 kilómetros que separan ambas localidades para comprar entradas en el estadio burgalés.
Aunque el ‘Lega’ cumplió escrupulosamente con el reparto de dos entradas por abonado, dos aspectos han generado malestar en la afición: el primero que el club se quede con 368 entradas (frente a las 500 que reparte) para “compromisos deportivos” y el mensaje contradictorio de que iba a poner 21 autobuses a disposición de los aficionados, cantidad incoherente si solo se disponen de 500 entradas y viendo las dimensiones de Anduva.
El club reconoce que “se han desbordado todas sus expectativas” y que lo ocurrido este lunes “le servirá como aprendizaje para mejorar en el futuro y solventar las incidencias detectadas en la organización”.