El martirio de Aina Aguiló
Hoy, el PP extirpa a Aguiló y encumbra a la mediocre Teresa Palmer, la peor candidata al Congreso de la historia del partido. Los populares se despedazan por un cargo.

'La línea roja' de Matías Vallés (02/06/16)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palma de Mallorca
La mejor representante de las esencias radicales del PP balear se llama Aina Aguiló. Su condena a cinco años de destierro es tan incomprensible como si la selección española expulsara a Manolo el del Bombo, o como si Don Quijote prescindiera de su Dulcinea.
Dado que Aina Aguiló no está inmersa en ningún caso de corrupción económica, queda claro que el PP será implacable con sus escasos cargos no implicados en escándalos judiciales. Los populares no desean que cunda el ejemplo.
El martirio de Aina Aguiló o Juaina de Arco sacrifica a la principal ejecutora de las políticas de José Ramón Bauzá. Mientras el causante del desastre del PP recibe el premio de un acta senatorial con el apoyo de Podemos, la política que se inmoló personalmente por el expresident es represaliada por los populares.
El narcisismo de Aguiló le impidió percatarse de que sería destruida por quienes la utilizaron. Rafael Bosch fue expulsado de la conselleria de Educación por disentir de la política lingüística de Aguiló.
Hoy, el PP extirpa a Aguiló y encumbra a la mediocre Teresa Palmer, la peor candidata al Congreso de la historia del partido. Los populares se despedazan por un cargo.
Aguiló encarna la imagen que la derecha piensa que la izquierda tiene de la derecha. Desde las redes sociales, se arrojó de bruces a la maquinaria que la ha devorado. Un día me dijo que "somos la regeneración del PP". Es el problema del PP, demasiada regeneraciones a la vez y un solo José María Rodríguez.




