La vigilancia de los incendios forestales, a vista de pájaro
El próximo 15 de junio se activa la máxima vigilancia de incendios forestales en Aragón. Los nuevos helicópteros estarán dotados de cámaras, que van a permitir obtener información más precisa en los puestos de mando para mejorar la toma de decisiones

Helicóptero del servicios de extinción de incendios / GOBIERNO DE ARAGÓN

Zaragoza
Esta semana ha concluido el periodo de quemas agrícolas controladas. Aunque hasta el próximo 15 de junio no se activa el periodo de máxima vigilancia de incendios forestales, las unidades aéreas ya están incorporadas al dispositivo en sus diferentes bases. Son 9 helicópteros, a las que se suman 66 cuadrillas terrestres y con 1.250 personas, entre agentes de Protección de la Naturaleza y técnicos, preparados para el verano. Precisamente, los equipos aéreos vienen con novedades, que permitirán obtener más información en tiempo real.
Incorporan cámaras y, de este modo, se podrá saber qué está pasando y cómo evoluciona el incendio o qué tipo de vegetación hay. De este modo, se podrá tener una mayor certeza en las tomas de decisiones desde el puesto de mando. Según explica José Ramón López, director general de Gestión Forestal del Gobierno de Aragón, "hemos hecho un esfuerzo y los nuevos helicópteros estarán dotados de cámaras que nos van a permitir una mayor visión de lo que acontece en los incendios". Este cambio tecnológico "va a mejorar realmente la eficacia y el control en la organización de la extinción de incendios".
El operativo dispone de un presupuestos de 15,5 millones de euros, pero reconoce que las aportaciones públicas no son suficientes. Por eso, dice, hace falta la implicación de los vecinos del medio rural. Llama a la responsabilidad y colaboración de las entidades públicas; a estar atentos a las prealertas de incendios forestales e insta a que "hay que ser estrictos en el acceso con maquinaria a las tareas agrícolas".
Aconseja "cosechar en horas que no sean punta de calor" y, si se cosecha en entornos donde hay monte, "lo que hay que hacer es pasar la perimetral alrededor del campo y si podemos un gradeo con un tractor para hacer una especie de 'minicortafuegos". Además, "es conveniente que vaya con la cosechadora algún observador".
Sin decirlo, la referencia es clara: el incendio de Cinco Villas, que el año pasado arrasó alrededor de 14.000 hectáreas y cuyo inicio estuvo en la chispa de una cosechadora de cereal.
Los incendios se apagan en invierno
Es uno de los mensajes que año tras año lanzan los especialistas y los trabajadores forestales. En los últimos meses se ha actuado en más de 2.600 hectáreas. Se ha procedido a la apertura de cortafuegos, la construcción de fajinas y albarradas, para evitar la erosión de los suelos, y se han mejorado pistas forestales.
Atendiendo a la combustibilidad y la orografía, las zonas que mayor riesgo plantean son el Prepirineo, los Montes de Zuera, la Sierra de Alcubierre, el Sistema Ibérico y la zona del Bajo Aragón. En la provincia de Teruel, "uno de los factores más relevantes es el efecto de los rayos, que generan incendios en zonas complejas", incide López.
"Toquemos madera"
Otros riesgos son los propios factores de propagación de las llamas; el factor 30: más de 30 grados de temperatura, más de 30 kilómetros de velocidad del viento y menos de 30 por ciento de humedad relativa.
Los últimos modelos meteorológicos para la mitad Este de España apuntan a temperaturas más altas este verano. El año pasado "no fue bueno y este es un año de riesgo". "Toquemos madera y vamos a esperar a que no tengamos un gran incendio". Para los pequeños conatos, Aragón "está a la cabeza" en España en cuanto a su extinción. En los de menos de una hectárea, "tenemos una media del 78 %" en las primeras fases. Para eso, dice, es determinante la economía local y apoyar, por ejemplo, la ganadería extensiva, para que se mantenga la población en el medio rural.

Esther Orera
Editora de informativos Fin de Semana en la Cadena SER Aragón. Licenciada en Periodismo en la Universidad...




