Fiestas clandestinas para menores: un “negocio” al alza
En las dos últimas semanas la Policía Municipal de Madrid ha desalojado cinco "fiestas clandestinas" con menores de edad, alcohol y sin medidas de seguridad

Policía Municipal Madrid

Madrid
Almacenes en polígonos industriales o en una calle céntrica, garajes, locutorios, locales sin licencia. Fiestas de fin de curso, que se convierten en "fiestas clandestinas" con menores de edad, alcohol, o puertas cerradas a cal y canto, como en el caso del sótano sin ventilación de una discoteca de Carabanchel donde los chicos pagaron 10 euros por entrar y poder hacer su propio botellón.
Lo más grave es que cuando la policía llegó, las puertas estaban cerradas por fuera con candado para evitar que salieran a la calle y el ruido llevara a los vecinos a alertar a la policía, como al final pasó. Entraron al sótano, y se cerraron las puertas por fuera, porque según contaron después a la policía esa era la condición para poder alquilarlo. No podían salir hasta las 6 de la mañana. El contacto lo consiguieron por internet.
En las dos últimas semanas la policía local de Madrid ha desalojado cinco de estas fiestas clandestinas con menores en Latina, Chamberí y Tetuán. Candela tiene 16 años y vive en San Sebastián de los Reyes. Unos amigos le invitaron a una de estas fiestas. Se había organizado en un antiguo locutorio, donde terminaron alrededor de un centenar de jóvenes. "Pagamos 5 euros cada uno por poder entrar y llevamos nuestra propia bebida. Era agobiante, porque no era un local preparado para fiestas"
La fiesta duró esta vez, lo que tardó en llegar la policía. Los que allí estaban, la gran mayoría menores de edad, fueron saliendo uno a uno, a medida que llegaban sus padres a recogerles. Botellones a cubierto que se convierten en fiestas fin de curso clandestinas y que se repiten 5 euros solo por entrar a un antiguo locutorio, reconvertido en el lugar en el que hacer un botellón a cubierto.
Vicente Pizcueta, portavoz de la plataforma por el ocio de Madrid, cree que "este es un fenómeno que ha explotado pero no solo en Madrid. Un mercado clandestino, un escándalo por el peligro que supone para los adolescentes, que no para de crecer. El debate sobre el ocio de los adolescentes sigue siendo algo pendiente cuando durante todo el año vemos a menores de edad bebiendo en plena con los lateros detrás de ellos"




