Triste adiós sin dignidad

Valladolid

Último esperpento del Real Valladolid para cerrar una temporada para olvidar y de la que los máximos responsables del club, lease el presidente y su director deportivo Braulio, deben aprender para no cometer los mismos errores.

El Mallorca se la jugaba y no dependía de si mismo, pero necesitaba la victoria como condición para tener opciones y la logró de forma fácil y contundente goleando al Valladolid, más indolente que de costumbre, por 1-3. Se adelantó el conjunto local con gol de Villar en el 7, más fruto de los nervios bermellones que de su propio interés, pero duró muy poco la ventaja, ya que antes del descanso ya le había dado la vuelta Brandon al marcador con dos goles fruto de su acierto y de la pasividad de los jugadores del Real Valladolid. Tras el descanso el partido dejó de ser eso, un partido serio y se convirtió en una pachanga, en un insulto más para la parroquia blanquivioleta que según comunicó el club fue de casi 6.000 asistentes, aunque la grada perecía no albergar ni 3.000.

Mientras tanto la Ponferradina no hacía sus deberes y naufragaba en El Toralín perdiendo ante el Girona y no le quedaba ni la esperanza de un gesto de vergüenza torera del Valladolid, ya que los jugadores blanquivioletas no tenían el  horno para bollos, o mejor dicho no tenían ganas de nada.

El gol de Pereira cerró el 1-3 que incluso pudo ser peor y que dejó al Mallorca en Segunda, por lo  que el  Valladolid tendrá el año que viene un rival con mucho potencial económico o mejor dicho dos, pues también se salvó el Almería.

Ahora queda esperar la llegada de Paco Herrera planificar la próxima campaña, una vez más en las manos de Braulio que ha fracasado en las dos anteriores.

De las despedidas merece la pena resaltar la de Álvaro Rubio, que todavía no sabe que ocurrirá con su futuro, pero que una vez más recibió la ovación de gala del público asistente.