‘Verano en AMBAE’

Algeciras

Si cuando elegimos algo para leer, lo hacemos guiados por unos gustos, cuando el que escribe piensa un tema sobre el que escribir son muchos los motivos que le mueven a elegirlo. Puede ser por placer, por interés o, en la mayoría de los casos, por necesidad. Una necesidad imperiosa de que los demás sepan qué pensamos, dónde nos movemos, a qué aspiramos. Pero algunas veces la urgencia es otra. Me refiero a la de acallar conciencias insatisfechas o remover las dormidas, ya sea propia como ajena. Quizás sea este el motivo que hoy me lleva a volver sobre la Firma del último mes de Octubre donde hablaba del comedor social infantil de la calle Fuentenueva. Prefiero llamarlo así que por el nombre de la Asociación, AMBAE; Un nombre es fácil de olvidar. La tarea que lleva a cabo día tras día es inolvidable para todos aquellos que la conocemos.

Durante el invierno se encargan de dar a diario meriendas y desayunos a todos los niños de Algeciras cuyas familias están en situaciones cercanas a la exclusión social. Por si alguien tiene los oídos acostumbrados a estos términos, cansados ya de los que los medios abusen de su uso quitándole toda la crueldad que conllevan cada una de sus letras, recordemos que hablamos de familias que están a punto de desaparecer en la conciencia de la ciudad, de no significar nada dentro de nuestra sociedad. Hablamos de padres que no pueden dar siquiera el desayuno a sus hijos antes de que vayan al colegio por las mañanas. Frente a esta tragedia que no desaparece en Algeciras aunque los datos a nivel global de la economía española nos digan que estamos mejor, está la asociación AMBAE. Pero ni una sola de las letras de estas siglas podrán darnos una idea de cuanto corazón hay tras ellas. Cuanto trabajo altruista, cuanto amor hacia los necesitados sin bombos y platillos, sin provocar pena. Porque eso es lo último que se ve en los ojos de Mercedes, Isabel, Marga, Pilar, Pepa... No saben si mañana tendrán alimentos perecederos, que les hace tanta falta o volverán a pagar ellas de su bolsillo el butano, las chacinas para los bocadillos de los niños, los zumos del colegio. Porque la Junta de Andalucía incumpliendo las promesas de auxilio, cierra los comedores escolares en verano, dejando a estas familias en la mayor de las desolaciones. Para estas familias de Algeciras el verano se convierte en un calvario. Niños como los nuestros. Pero con los estómagos vacíos y que no sonreirán señalando con sus dedos el Frigo pie de color rosa ni el Calipo de lima limón en los kioskos. Y la solidaridad no es una opción ni un capricho que practicamos cuando tenemos un día bueno o estamos contentos. Es cuestión de justicia. Simplemente. Ellos no pueden depender de las intermitencias de nuestro corazón. En la calle Fuentenueva están esperando tu ayuda para estos niños; este verano no dejemos que el calor nos derrita el corazón.

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