Nadie sabe nada

Ante el asombro de los abogados de la treintena de investigados por la compra del edificio de la Agencia de Desarrollo de la Junta y los terrenos industriales de la localidad de Portillo en Valladolid, los dos altos cargos de la Junta que han declarado han asegurado no saber nada. Y eso que estaban en los consejos de administración de las sociedades públicas que tomaron las decisiones por las que se llevaron a cabo ambas operaciones

Es el caso de los dos últimos que han pasado por los juzgados. Jesús Jiménez, que era el director general de la Agencia de Desarrollo cuando se procedió a su fusión con la empresa publica Desturcar, que fue la encargada de comprar el edificio de Arroyo y los terrenos de Portillo para el desarrollo de un parque empresarial y Salvador Molina que era el director general de esta empresa, de Gesturcal.

Ambos han eludido cualquier responsabilidad y han asegurado que la decisión de compra de los terrenos de Portillo, por los que la Junta terminó pagando 35 millones de euros en el año 2010 con un beneficio para las empresas intermediarias de 25 millones de euros, se tomó desde la Consejería de Economía y respondió a un plan de desarrollo de polígonos industriales diseñados por la Junta y que se vino abajo con la crisis.

Las órdenes de pago las daba el director de la Agencia de Desarrollo, Francisco Armero Gutiérrez, que tendrá que declarar el miércoles. Los investigados que han declarado hoy mantienen que hubo una pequeña discusión entre la entonces altos cargos de la consejería de Economía, como era el caso de Begoña Hernández, Rafael Delgado, sobre las formas de pago que terminó resolviendo el consejero Tomás Villanueva.