Curiosas erratas y efímeros proyectos para el olvido

Cuenca

José Vicente Ávila nos presenta en el programa de esta semana de 'Páginas de mi desván' en Hoy por hoy Cuenca, una serie de erratas ocurridas en algún momento de la historia reciente de Cuenca. Desde una palabra cambiada a un verso de Federico Muelas en una inscripción en piedra en el Jardín de los Poetas de la capital, hasta la portada de una guía de teléfonos con un cuadro que salió impreso del revés, pasando por los errores tipográficos en algunos periódicos conquenes que cambiaron el contexto y el contenido de una noticia.

Además, nos recuerda algunos proyectos olvidados como la 'Casa del Crimen' que propuso en su día el escritor y humorista José Luis Coll o el Museo de las Campanas, una idea del poeta Federico Muelas.

La guía telefónica 'del revés'

La fotografía del cuadro de Wifredo Lam fue publicada al revés en la Guía Telefónica de Cuenca del bienio 1983-84, de tamaño 21 cm de ancho por 28 de alto, con una tirada de 38.000 ejemplares. Salió a la calle en el mes de julio de 1983 y José Vicente Ávila publicó el 31 de julio en Diario de Cuenca: “Pero ¡qué sorpresa más mayúscula nos hemos encontrado muchos conquenses al observar la portada de la nueva Guía! En ella se reproduce un cuadro del pintor cubano Wifredo Lam de la calle Obispo Valero”. Pwero del revés, como ven en la foto.

El verso de Federico Muelas

El Jardín de los Poetas espera su apertura tras la recuperación y rehabilitación llevada a efecto hace pocos meses, con la instalación incluso de la antigua portada de hierro restaurada. Entre las novedades del recuperado espacio figura una torre con ascensor, que no resulta indiferente para nadie, aunque al menos el aparato servirá para que puedan acceder las personas con problemas de movilidad. Pues bien, sobre la piedra de esa torre moderna figura la grabación del “Soneto a Cuenca” de Federico Muelas, cumpliendo así un acuerdo municipal de hace más de medio siglo.

 Sin embargo, a la hora de esculpirlo, en la primera línea vemos un cambio o una errata. El poema dice así en sus primeras líneas: "Alzada en limpia sinrazón altiva / --pedestal de crepúsculos soñados--, / ¿subes orgullos? ¿Bajas derrocados/ sueños de un dios en celestial deriva?

El error está en el primer verso, en la tercera palabra. Dice  “Alzada en bella sinrazón altiva…”, cuando en realidad debiera decir “Alzada en limpia sinrazón altiva”.

Errores tipográficos

En el programa de las fiestas de Fuentes apareció una vez este texto: “A las seis de la tarde, desencajonamiento y suelta de los novios que se van a lidiar este año". Al linotipista le falló la elle y la errata salió en el periódico, lo que originó el tremendo enfado de los mozos ennoviados, algunos de los cuales se presentaron en el periódico para que saliese la rectificación al día siguiente.

La Casa del Crimen de Coll

En el programa de esta semana también hemos recordado algunos proyectos que se quedaron solo en ideas. En el verano de 1957, José Luis Coll escribió en el diario 'Ofensiva':  “Hace ya muchos años que venimos sufriendo la impertinencia de oír llamar a nuestra querida Cuenca 'La ciudad del crimen'. ¿Cuántos años? No sé, los bastantes para haber podido comprobar que la cosa no lleva camino de acabarse”.

Coll venía a decir que cuando se encontraba en cualquier lugar y decía que era de Cuenca la respuesta siempre era la misma: “la del crimen”. Todos sabemos que no ocurrió, que el tiempo pasa y el sambenito sigue, resumía. Y se preguntaba: "¿Por qué no adoptar una postura irónica, despectiva e incluso socarrona, humorística y a la vez elegante, ante la estupidez ajena? Démosle una vuelta a la cuestión". Y proponía crear una 'Casa del Crimen' que sería una especie del museo, con entrad ade pago incluída.

El museo de las Campanas

Fue Federico Muelas quien en uno de sus artículos en “Ofensiva”, el 25 de enero de 1962, anunciaba esta idea más que a bombo y platillo casi en repique campanillero, con este titular: “Cuenca tendrá el primer Museo de las Campanas”. Comenzaba el poeta de Cuenca señalando que una serie de amigos habían fundado la “Agrupación de Amigos de las Campanas”.

A través del secretario de dicha agrupación, Diego Casanova, informaba que ya contaban con ejemplares de libros, grabados, manuscritos, cintas magnetofónicas y discos con las voces de todas las campanas famosas, reunidas en doce años de trabajo. Y escribe Federico: “Y ahora, la bomba: me dice Diego Casanova que ha estado visitando Cuenca con Florencio Cañas y quiere que su museillo se instale allí. Ningún marco mejor para un Museo de las Campanas”. Seguramente, pero tampoco llegó a realizarse.