Hila pasa rápido
Por primera vez, un político acierta con una definición de su gestión, pasa rápido. Sirve de disculpa, aunque Palma necesitaba quizás un alcalde que no fuera tan fácil de digerir

'La línea roja' de Matías Vallés (15/06/16)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palma de Mallorca
Hace un año se constituyó el ayuntamiento de Palma, con la ausencia por primera vez de la delegada del Gobierno.
Esta rabieta antidemocrática de Teresa Palmer la desacredita para todo cargo político de representación. Por tanto, el PP la ha elegido para encabezar la lista al Congreso.
Un pacto de urgencia elevó a José Hila a semialcalde de Palma, durante dos años. Ha transcurrido pues la mitad de su mandato.
Según el alcalde, "se me ha pasado rápido". El sentimiento es mutuo, porque Hila pasa rápido.
Por primera vez, un político acierta con una definición de su gestión, pasa rápido. Sirve de disculpa, aunque Palma necesitaba quizás un alcalde que no fuera tan fácil de digerir.
La estricta observancia partidista de Hila no impide que haya elegido la vía opuesta de Francina Armengol. La agitación hiperactiva de la presidencia contrasta con la hipoactividad de la alcaldía de Palma.
Hila ha velado por su familia, según la acentuada tradición mallorquina. Tiene tan poco de que presumir, que presume de las cosas equivocadas.
Por ejemplo, se vanagloria de poner orden en una Policía Local sumida en la corrupción. Tampoco el alcalde ha eliminado el ruido ni la suciedad. A cambio, Hila pasa rápido. O pasa rápido, Hila.




