Una final con el reto de olvidar el pasado

Alicante

Se suele decir, tras una mala experiencia, que de esas cosas se aprende, que eso te hará más fuerte en el futuro. En definitiva, que hay que ser positivo ante la adversidad. Que hay que olvidar y mirar hacia delante. La obviedad es que resulta más fácil decirlo que hacerlo. Y en esa tesitura se encuentra parte del Hércules que saltará al césped del Carranza.

Probablemente Chechu, Chema, Peña, Rafita, Atienza, Álex Muñoz, Miñano y Buigues quisieran quedarse con lo bueno y borrar el resto. Tan probablemente como que no podrán. O sí, si no se repite ninguna situación como la del curso pasado. Cualquier decisión que no entiendan les transportará a un año y unos días antes. El ser humano, futbolista o no, es así.

Pero al final, lo único que queda son 180 minutos para tratar de ascender a la división de plata del fútbol español. A costa de quien te privó el pasado curso de seguir soñando, pero eso es secundario. Otra eliminatoria, muchos protagonistas nuevos. Así que en el Hércules todos, los que estaban y los que no, tratan de hacer borrón y cuenta nueva y afrontar esta eliminatoria decisiva como si no hubiese ayer.

Mir no parece decantarse por hacer muchos cambios respecto al equipo que ha sido base en esta promoción de ascenso. De hecho podría repetir su once tipo tras la vuelta de Álvaro una vez cumplida la sanción. No da pistas el técnico pero parece difícil que cambie lo que le ha traido hasta esta final. El guión de la eliminatoria determinará los posibles cambios, aunque de inicio parece que los protagonistas serán los mismos.

Todo ellos con 300 aficionados blanquiazules en las gradas del coliseo gaditano. Algunos repetirán. Otros se suman a la batalla. Todos serán bienvenidos. El aliento de la afición también jugará para los de Mir. Una eliminatoria, primer asalto. Un resultado que condicionará la vuelta. Todo, absolutamente todo, se juega en 180 minutos. Y comienza en el Carranza. La suerte está echada.