Una familia rusa, y sus hijos, evitan el cierre del colegio en un pueblo de Málaga

Málaga

Más de 3.400 familias con niños se han interesado por el puesto de trabajo que ofrecía el ayuntamiento de Cartajima (Málaga) a cambio de que se quedasen a vivir en el municipio, y en un intento de que no se cerrase el colegio de este pueblo.

Una nueva familia ya se ha instalado en el municipio después del llamamiento que hace varias semanas se hizo desde el Ayuntamiento y para evitar el cierre del centro, que sólo contaba con dos alumnas, número insuficiente para mantener abiertas las instalaciones.

Los padres de la recién llegada familia, Ekaterina Koziyakova y Anton Svitlichnyy, han explicado que se enteraron por las redes sociales de que Cartajima buscaba familias con niños en edad escolar para trasladarse al municipio. Tras ver fotografías del pueblo y de su maravilloso entorno natural decidieron enviar una solicitud al Ayuntamiento y, al ser seleccionados, no se lo han pensado dos veces y ayer se instalaron en la localidad.

El matrimonio tiene dos niñas, de 5 y 3 años que, según Ekaterina “están encantadas con el pueblo y con la escuela, incluso ya han hecho amigas”. Hoy ha sido el primer día de colegio en Cartajima para la hija mayor, mientras que la menor deberá esperar hasta septiembre para incorporarse al nuevo curso lectivo. Los padres han indicado que les ha parecido una muy buena idea que desde el Ayuntamiento se haya hecho un llamamiento a familias jóvenes con hijos para evitar el cierre del colegio.

Ekaterina ha explicado que su marido y ella llegaron a España desde Rusia hace 10 años, “antes vivíamos en Fuengirola y trabajamos por internet desde nuestro propio domicilio, por eso no dependemos tanto del lugar donde vivir”. Por tanto, pese a que desde el Consistorio se ha ofrecido tanto vivienda de alquiler a bajo coste como trabajo temporal, ellos no precisan lo segundo, ya que se dedican a impulsar destinos turísticos españoles en el mercado ruso y han explicado que uno de los proyectos que tienen en mente es promocionar tanto Cartajima como su entorno en este sentido.

Por su parte, Anton Svitlichnyy, ha añadido que “de Cartajima me gusta todo: el pueblo, la montaña, la gente,…” y, según su esposa el recibimiento que le han ofrecido los vecinos ha sido genial, “son todos muy simpáticos, están dispuestos a ayudar y desde el primer momento nos paran en la calle y nos ofrecen cualquier cosa que pudiéramos necesitar. Parece que hemos encontrado un lugar ideal para vivir, para disfrutar de la vida y de la familia”.

Por otro lado, Francisco J. Benítez, alcalde de Cartajima, ha recordado que desde el Ayuntamiento se hizo un llamamiento para trasladarse a vivir a Cartajima a las personas que pudieran estar interesadas, con el fin de evitar el cierre del colegio. Para ello, se ofreció tanto empleo temporal como vivienda de alquiler a bajo coste. Tras cerrar el plazo de entrega de solicitudes, han sido 3.200 las familias que han mostrado su interés, habiendo ya respondido el Ayuntamiento a todas las solicitudes y preseleccionando a 250, de las que se elegirá a 1 o 2 familias.

Benítez ha comentado que, al igual que en el caso de Ekaterina y Anton, algunas familias han planteado la opción de irse a vivir a Cartajima sólo a cambio de una vivienda de alquiler económico, sin la necesidad de conseguir un empleo temporal, por lo que desde el Ayuntamiento se intentará facilitar, en la medida de lo posible, la llegada de estas personas. El alcalde ha adelantado que se estima que Cartajima aumente su población en alrededor de medio centenar de vecinos en un breve plazo de tiempo, lo que supondría que en el pueblo habitasen en torno a 300 personas, un 20% más que en la actualidad. Esto revertiría la tendencia hacia la despoblación que afecta al municipio desde hace años, propiciaría un repunte de los comercios locales y, por supuesto, evitaría el cierre del colegio.