La "reconciliación" a través de la fotografía
La AVM3J ha organizado una exposición, en colaboración con FGV, que cuenta la historia de su lucha a través de medio centenar de fotografías
Valencia
5 de julio de 2016. La boca del metro de la estación de Jesús se ha convertido ya en un altar improvisado de homenaje a las víctimas. Al fondo, un mupi publicitario con una foto del papa Benedicto XVI y una frase: "¡TE ESPERAMOS!". En primer plano, unas pintadas junto a las velas que se preguntaban: "¿Por qué tanta manipulación?". Sólo habían pasado dos días del trágico accidente pero ya en la zona 0, como una cruel premonición destinada a cumplirse, letras anónimas clamaban contra la manipulación y exigían un homenaje digno a las víctimas. Miquel Lorenzo es el fotógrafo que captó la instantánea y explica que en aquel primer momento, la indignación ya se palpaba.
Reportaje sobre la exposición con motivo del décimo aniversario del accidente de Metro de Valencia
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La de Lorenzo es sólo una de la cincuentena de fotografías de la exposición que refleja los diez años de lucha de la asociación de víctimas del accidente de metro del 3 de julio. Paradojas de la vida, es Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, en su sala La Metro, quien acoge la muestra. Una muestra que aspira a ser el símbolo de la reconciliación. De la reconciliación de las víctimas con las autoridades y la sociedad valenciana, que tiempo atrás les dieron la espalda. Quiere ofrecer una visión en positivo, y por eso tiene un orden cronológico inverso. La exposición empieza con Francisco Camps y Juan Cotino en la reciente comisión de investigación del metro que tanto habían reclamado. Acaba con el mismo día del accidente. Pasando por todos y cada uno de los momentos clave: la alta distinción por parte de la Generalitat tras el cambio de gobierno, el programa de Jordi Évole que volvió a poner el caso sobre la mesa, la solitaria celebración de los primeros aniversarios, las protestas, el desguace del convoy accidentado, los bomberos que socorrieron a las víctimas e incluso imágenes de los trenes del accidente que para muchos de los que han ido a verla, gracias al silencio de la televisión pública autonómica, eran inéditas hasta ahora.
La exposición permite ver cómo el acompañamiento ha de las víctimas ha crecido. De la plaza de la virgen abarrotada el 3 de julio del año pasado, en su última concentración, a las escasas diez o veinte personas que se concentraban en años como 2008 o 2009 ante la apatía de quienes se topaban con ellos. Queda claro que estuvieron solos mucho tiempo. Que sufrieron el doble castigo del accidente y la injusticia política y social. Pero que siempre queda hueco para la reconciliación y el descanso. Son imágenes de diez años que estremecen. Diez años de lucha contra el olvido congelados en papel fotográfico.