‘Algo se muere en alma’

Firma Emy Luna, 'Algo se muere en el alma'
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Algeciras
La Feria terminó hace unos días pero aún resuenan en mis oídos las palmas por sevillanas y las risas de los amigos. Me emocionan las letras de las sevillanas más antiguas...esas que se bailan lentas y permiten escuchar cada una de sus frases. Las que guardan dichos populares, verdades del corazón, herencia de otros tiempos.
La primera sevillana que he bailado este año ha sido "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va". Siempre me ha conmovido su letra, pero este año parecía que me esperaba en mi primer día de Feria, entre volantes y farolillos. Nada más sonar los primeros compases mi amiga y yo nos lanzamos al albero sin pensarlo. Porque cuando se trata de amistad, no hay tiempo que perder. Se las bailamos a Lola, nuestra profesora, nuestra amiga de hace 35 años. Una persona de esas que, como continúa la sevillana, "ha dejado una huella que no se puede borrar" y que con su marcha nos deja un vacío imposible de llenar.
Lola Manteca tiene en su haber el mérito de haber convertido la ciudad de Algeciras en uno de los lugares privilegiados para estudiar Danza de toda Andalucía. Un lugar de referencia. Sin pretenderlo, su labor ha dado un fuerte impulso al esqueleto cultural de nuestra ciudad.
Pero si Lola triunfó como profesional honesta y capacitada, su mayor triunfo ha sido el de ella como persona. Porque hay seres diferentes, con esa magia innata que los distingue del resto. Que viven unas vidas aparentemente corrientes pero que en silencio van tejiendo a su alrededor, casi sin darnos cuenta, una red de bondad, de amor, que acaba envolviéndonos a todos los que la conocimos.
Mujer de profundo carisma, y personalidad arrolladora, simpatía y ternura a partes iguales… amiga de sus amigos, dedicada en cuerpo y alma a sus alumnas, generosa con su tiempo y sus palabras. Atenta con los padres, comprensiva… Portadora de la virtud de los grandes genios, la humildad ha sido de los rasgos que más han sobresalido en esta mujer delgada, bellísima que recordaba más al cisne blanco de Tchaykowsky que a un ser de y carne hueso. Te has ido Lola, pero tus alumnas llevan grabado tu sello, la Plaza Alta guarda entre sus baldosas el paso de tus bailarinas de camino al Estudio Adagio, y en la mente de todos los que te conocimos estás tú y tu humanidad.

Emy Luna

Emy Luna
Y ahora, en ese cielo azul que cubre nuestro Estrecho, querida Lola…¡Baila, baila! Colócate el tutú blanco de plato y el tocado de plumas de cisne. Sorprende a tu nuevo público, como la primera vez que bailaste El lago de los cisnes en el Teatro Florida hace ahora casi 30 años. Ya verás como al terminar tu actuación no dejarán de aplaudir, y el eco de sus palmas llegará hasta Algeciras, aquella ciudad que te acogió y a la que amaste profundamente. Con tu partida, como dice mi sevillana favorita, dejas un pañuelo de silencio en el callejón del muro. Orgullosa de haberte hecho hija adoptiva de su ciudad, hoy, Algeciras se rinde a tus pies, Lola.




