Cádiz lo tiene todo para la hostelería...menos la noche

Cádiz

La SER ha reunido hoy en el Hoy por Hoy Cádiz a Raúl Cueto, del Arsenio Manila, Bebo Los Vientos, chiringuito Nahu Beach y chiringuito El pez frito; a Miguel Sánchez, de los chiringuitos El Potito y del restaurante A la Mar; y a Carlos Sace, de La Mirilla.

Los hosteleros entienden que la noche gaditana no ha muerto, pero que “vecinos y administraciones la han complicado tanto, que todo el mundo se ha aburrido de la noche en Cádiz y la gente tiende a irse fuera”, tal y como apunta el propietario del Arsenio Manila, que lamenta que “un padre de familia prefiera que su hijo coja el coche una noche 40-50 kilómetros en carretera para tomarse una copa en vez de aguantarlo en un establecimiento bajo su casa”.

Al hilo, Miguel Sánchez relata que este verano él pretendía organizar de lunes a jueves en verano una serie de actuaciones de Carnaval en los chiringuitos hasta las 00:30 horas, aunque se topó con la negativa de las administraciones, que lo instaban a que las actuaciones concluyeran a las 23:30 horas.

“Eso viene motivado por las protestas vecinales”, sostiene el propietario de los chiringuitos El Potito, que considera que no es lógico que a estas iniciativas se le pongan límites temporales tan rígidos cuando la gente suele salir de la playa “bastante tarde, sobre las 22:30 horas”.

Los tres empresarios inciden en que era negativo el botellón que se realizaba en la zona de Muñoz Arenillas, aunque también manifiestan que el fallo está en haber ido “de tanto a nada”.

Carlos Sace, de La Mirilla, estima que los vecinos de Muñoz Arenillas tenían parte de razón cuando protestaron contra el botellón que se realizaba en la zona, si bien critica el exceso de rigurosidad en las protestas del colectivo vecinal y pone como ejemplo las quejas que obligaron a suspender el cine de verano en el colegio San Felipe Neri.

Raúl Cueto destaca que, en una ciudad con tanto paro como Cádiz, gran parte de la población tiene relación laboral con la hostelería gaditana y que la ciudadanía debe ser consciente de ello y mentalizarse de que el turismo y la hostelería “defienden mucho el empleo en la provincia y en la capital”. “Lo que no se puede permitir es que venga alguien de vacaciones y al año siguiente no vuelva; ahí hay un problema”, asevera.

En esta línea, todos abogan por que se amplíen los horarios de apertura de terrazas en las noches de verano, pues aseguran que la gente querría disfrutar de esa oferta más tiempo y que cuando levantan a los clientes de las terrazas a las 2:00 horas muchos se marchan del local.

Un cambio de mentalidad

Todos coinciden en que, durante la crisis, han ido adaptando sus negocios a una oferta más de día que de noche. Si antiguamente se abría un local de hostelería para el almuerzo y se cerraba a las 17:00 para volver a abrir a las 20:00 para la cena, ahora el establecimiento se abre ininterrumpidamente adaptándose así a costumbres más europeas y siguiendo la idea de romper la estacionalidad. Un cambio de mentalidad en clientes y profesionales que todos celebran.

Aunque siempre se ha dicho que las copas dan más dinero que un servicio de cocina, Raúl Cueto cita una anécdota para afirmar que es más gratificante ofrecer un buen almuerzo o una buena cena a los clientes, que se muestran muy agradecidos cuando disfrutan con la oferta gastronómica de un restaurante.

Estos empresarios de hostelería creen que hay una leve mejoría económica que se nota en el consumo de los clientes pero que “aún queda mucho camino por recorrer”, como señala Raúl Cueto, mientras que Miguel Sánchez explica que ha notado esa mejoría en que se han contratado menús de grupo ligeramente más caros esta pasada Navidad.

Por su parte, el propietario de La Mirilla asegura que en esa percepción también ha influido el buen tiempo que ha reinado este año y que ha animado a la gente a salir a la calle, unas condiciones que han coincidido, como recalca Raúl Cueto, en fines de semana de invierno. A ello ayuda el carácter del gaditano, quién “se gasta lo que tiene”.

Los tres hosteleros remarcan el alto nivel formativo de la Escuela de Hostelería y valoran la calidad profesional de los alumnos que salen del centro formativo que actualmente está cerrado.

A favor de la supresión de las barbacoas

Tanto Raúl Cueto como Miguel Sánchez y Carlos Sace saludan la decisión municipal de suprimir las barbacoas del Carranza, quizás la noche menos rentable para sus negocios y que se ha convertido en un botellón multitudinario que ensucia mucho la playa, uno de los principales atractivos turísticos de Cádiz y una zona con gran valor medioambiental.

Eso sí, todos piden que “se haga algo” para contribuir a que haya mayor presencia de público en verano y en el debate se apuntan citas como el festival aéreo o una iniciativa como la convocatoria que se realizó hace años con motivo de un coeficiente de mareas extraordinariamente bajo.

Por último, todos comentan que es positivo para la actividad económica relacionada con la hostelería que el Cádiz CF haya ascendido de categoría y que la ciudad acoja la llegada de aficiones numerosas.