Incendios agrícolas que pagamos todos
Hoy por Hoy Soria

Isabel G. Villarroel

Soria
La chispa producida por una cosechadora en una parcela agrícola del término municipal de Noviercas fue la causa del incendio iniciado en torno a las dos de la tarde. El fuerte viento de componente sureste que soplaba en la zona del Moncayo, a 45 kilómetros de Soria, hizo que se propagara hacia la sierra de Toranzo, un monte conformado por pino y roble.
El agricultor es el mayor causante de los incendios forestales en España, ocasiona el 31 por ciento de los fuegos. Con este dato no trato de demonizar al sector agrario, sino apelar a la responsabilidad.
No solo el medio ambiente pierde, en muchas ocasiones se condena por delito a los agricultores que han provocado incendios forestales con cosechadoras, por lo que la prevención es básica. Y son muchos los agricultores que previenen, muchísimos en nuestra provincia, pero siempre hay alguno que no lo hace, que es el que provoca el incendio.
Miren, yo ayer estuve en el centro de organización del equipo de extinción del incendio de Noviercas. Docenas de cosechadoras paradas, muchos agricultores ayudando, o de espectadores entre el sofocante calor y el viento, y la labor encomiable de los bomberos, como siempre; de la Junta de Castilla y León, de la Diputación, los voluntarios, y como no los brigadistas de las Brif de Lubia y de Aragón.
El incendio de ayer se extinguió pronto porque se actuó con mucha rapidez, lo que no evitó que se propagara a la sierra de Toranzo, al pino y al roble. La mayor parte de las hectáreas que se quemaron fueron de cereal, pocas de arbolado, aun así, a mí me dio mucha pena escuchar el comentario de uno de los agricultores que por allí se encontraba y que literalmente exclamó “que le den por el culo al monte, mientras no se me queme el cereal”. Pues esos pensamientos son los que llevan a las formas de actuar irresponsables, que terminan provocando incendios que finalmente sufrimos todos, entre otras cosas porque los medios de extinción también hay que pagarlos, y entre todos.
El responsable de la chispa que provocó el incendio de ayer no sabía dónde meterse, avergonzado, no es para menos, entre otras cosas porque se le avecinan problemas; quizás la mala suerte le jugó una pasada, o quizás no debía haber estado cosechando a esa hora en ese lugar, tan cerca de la masa arbolada. Eso lo determinarán las autoridades pero, mientras falte conciencia y prevención en el campo, continuaremos expuestos a situaciones tan desagradables como la de ayer.

Isabel G. Villarroel
Jefa de informativos de SER Soria.




