Gallego Jorreto: "La arquitectura tiene que hacer que se viva mejor"

Santiago de Compostela

Los muros que guardan la intimidad del presidente de la Xunta fueron diseñados por un hombre que tiene algo de humanista y político (¿casualidad?), aunque él se declare lejano a ese mundo. En su dilatada trayectoria, Manuel Gallego Jorreto ha dejado algo más que una huella de cemento. El máximo reconocimiento de su tierra, la Medalla de Galicia, le llega tras cinco décadas preocupado por mejorar la vida de las personas. Será que lo ocurrido en el año que abrió los ojos por primera vez -1936- marcó su forma de estar en el mundo.

Sin esnobismos ni artificios; así concibe este carballinés la arquitectura, convencido de que debe conjugar "la forma, la función, las necesidades y la realidad social". Y por eso dice sin tapujos que no le interesan obras como la Ciudad de la Cultura, ni perpectivas como las de Peter Eisenman. Tampoco se corta a la hora de criticar el uso político de las infraestructuras, sean del tipo que sean. "Convén non confundir as cousas", afirma, dejando implícita una condena al despilfarro de recursos en obras faraónicas o de escasa utilidad. Para Gallego Jarreto, el papel de su trabajo está claro: "la arquitectura debe hacer que el hombre se sienta más libre y seguro".

Después de medio siglo de carrera, su obsesión es seguir aprendiendo. El premiado arquitecto opina que la experiencia supone "mirar hacia atrás", cuando lo interesante es "mirar hacia delante". Lo que no significa olvidar la conexión con la cultura y lo local.

Los galardonados

El máximo reconocimiento que otorga la Xunta de Galicia ha recalado este año en el mundo de la música, la educación y el diseño de formas. El escultor Francisco Leiro, el profesor Basilio Losada y el grupo musical Los Suaves forman, junto a Manuel Gallego Jarreto, el cuarteto de homenajeados.

El caso de Los Suaves parece un buen broche a 36 años de carrera subidos a los escenarios. Losada será reconocido por su apoyo a la difusión de nuestra lengua más allá de las fronteras gallegas. Y dentro de ellas, importante es la labor de Gallego Jorreto, quien fue fundador, en 1976, del Museo do Pobo Galego. También formó parte del Seminario de Estudos Galegos y de la Fundación Seoane. Tiene en su palmarés el Premio Nacional de Arquitectura, la Medalla Castelao y la Medalla de Oro a la Arquitectura. Además de la residencia de Monte Pío, llevan su firma obras cono el mercado coruñés de Santa Lucía.

El escultor Franciso Leiro, autor de obras tan famosas como El Sireno, ubicado en la Puerta del Sol de Vigo, es uno de los mayores exponentes de esta disciplina en Galicia.