Más allá del telón

Ciudad Real

La Joven Compañía de Teatro Clásico de Almagro abrió anoche sus puertas para mostrar los entresijos de la representación y la preparación previa que realizan los integrantes del elenco en el Hospital de San Juan de Almagro.

Mientras el elenco de actores realiza ejercicios de calentamiento sobre el escenario, los pasillos traseros permanecen vacíos y en calma, una imagen muy diferente a la que tienen cuando comienza la representación, como remarca el ayudante de dirección del montaje, Tolo Ferrà.

Uno de los puntos sobre los que se concentra este continuo movimiento es el enorme perchero donde se encuentran los más de cincuenta trajes y vestidos que lucirán los diecisiete actores que participan en este montaje, alguno de ellos con personajes que utilizan varias vestimentas durante la representación.

Llama también la atención, junto al pequeño camerino donde los actores y las actrices se cambian de vestuario, una estantería iluminada en la que aparecen perfectamente colocados y etiquetados los diferentes objetos de utilería que acompañarán a los intérpretes en la obra.

Ferrà explica algunas de las peculiaridades que tiene la escenografía empleada en este espacio de Almagro, que al ser de grandes dimensiones, les ha permitido utilizar el decorado más amplio, de los varios tamaños con los que cuentan para adaptarlos a cada teatro.

Conforme la hora de la función se va aproximando, las cerca de cuarenta personas que, entre personal técnico y artístico, se mueven con la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico van incrementando el ritmo para ultimar hasta el último detalle de la representación.

Una vez finalizados los estiramientos y los ejercicios conjuntos, actores y actrices, todavía vestidos con su ropa de calle, hacen un último calentamiento representando un pequeño fragmento del montaje.

Llega entonces un curioso momento en el que, para calentar la voz, los jóvenes integrantes del elenco se reparten por el escenario y el patio de butacas haciendo extraños sonidos guturales o recitando mientras corren entre los asientos.

Mientras esto sucede, Tolo Ferrà, que es también el encargado de la parte audiovisual del montaje, pide a los técnicos ubicados detrás del patio de butacas que proyecten alguna de las imágenes para comprobar que encajan en el lugar indicado.

Todo está ya listo para abrir las puertas y cuando solo queda media hora para el inicio de la representación, los acomodadores aparecen en el patio de butacas y los actores comienzan a retirarse hacia el "backstage" para concentrarse antes del arranque.

Llama la atención la maquinaria de sastrería con lavadoras, secadoras y maquinas de coser que, como explica Ferrà, les acompañan donde quiera que se muevan para tener el vestuario siempre a punto y que ningún imprevisto pueda afectar a las prendas.

La visita termina cuando los primeros espectadores comienzan a llegar a la puerta para disfrutar de 'La villana de Getafe', uno de los montajes, además de 'Pedro de Urdemalas', con los que la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico está presente en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.