Temor a que el giro en la programación del Festival de Música reste abonados
El director de Cultura del Cabildo de Tenerife advierte de que la recaudación puede resentirse. Aficionados que acuden desde hace años alertan de que los cambios son una excusa para hacer desaparecer el Festival
Santa Cruz de Tenerife
El cambio radical en la programación del Festival Internacional de Música de Canarias sigue suscitando críticas una semana después de su publicación. El director Insular de Cultura y Educación del Cabildo de Tenerife y miembro del Consejo Asesor del Festival, José Luis Rivero, cree que un cambio de modelo tan radical, sin aviso previo, puede abrir "algún tipo de brecha" con el público abonado, alejar al potencial público y resentir la recaudación.
Este riesgo, según Rivero, ha de resolverse con la comunicación y el márketing. También entiende que las bandas de Santa de Cruz de Tenerife y de Las Palmas de Gran Canaria tienen calidad y no deben eliminarse, pero que al no tratarse de orquestas sinfónicas, se ha de explicar cómo se integran en el festival sin sustituir a otras orquestas.
Rivero ha solicitado que la Comisión Asesora se reúna inmediatamente después del festival para evaluar lo que acontezca. Eso les permitiría tomar decisiones en el momento justo de cara a ala próxima edición. Con todo, admite que la programación actual no podía cambiarse por falta de tiempo, dado que Díaz sólo dispuso de dos meses para prepararlo.
Los temores de Rivero no parecen ir desencaminados. Tomás Jesús Brito, abonado desde hace más de diez años, no se considera un privilegiado económico de enorme fortuna, sino un aficionado a la música clásica que disfrutaba de un festival idóneo para sus gustos. Brito centra sus críticas en la planificación de Nino Díaz. De hecho, entiende el giro dado bajo la dirección del lanzaroteño como un intento disimulado por aniquilar el festival, adulterándolo, conviertiéndolo en lo que no es, para dar argumentos a quienes desean su fracaso.
Teme, ante todo, una caída en el prestigio y la calidad de un festival tan querido por los melómanos del Archipiélago que no tienen posibilidad de viajar para disfrutar de la cultura, el arte y la música. El veterano abonado considera que esgrimir el impulso a los compositores canarios como un argumento para defender los recientes cambios es una inexactitud clamorosa, pues asegura que antes de la crisis se incluían, por ejemplo, dos intervenciones de las dos orquestas canarias. Lamenta, por otro lado, que sus críticas se tomen como malintencionadas, pues no desea más que éxitos a la iniciativa.
