Una tradición muy viva

Soria

A las puertas del fin de semana nos llega el decreto de la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León que establece los próximos días máximo peligro de incendios en la provincia por las altas temperaturas.

Los bomberos de todas las administraciones se preparan para salir ante cualquier aviso de humo; no es momento de reivindicar mejoras laborales, es momento de demostrar el valor del trabajo de quienes componen los medios de extinción de incendios. Las exigencias llegarán después.

Tal día como hoy, hace un año y a estas mismas horas les contábamos el olor a quemado que aún se percibía en el incendio de Barcebalejo, a 49 kilómetros del fuego, incluso todavía volaban cenizas. Todas las instituciones movilizadas en cuestión de minutos en aquel incendio, todos los recursos de los que disponíamos, igual que en los fuegos que estamos registrando este verano, que no han sido graves afortunadamente, entre otras cosas gracias a la rapidez y la coordinación de los directores de la extinción que se comunican constantemente, una coordinación impecable, inmejorable y excelente.

Hoy nos vamos a acercar a los brigadistas de apoyo en incendios forestales, a la Brif de Lubia: profesionales, en su mayoría jóvenes, preparadísimos, que se enfrentan cara a cara contra la naturaleza, contra el lado más agresivo y amargo de la naturaleza, luchando contra el viento, el humo, las llamas, el calor y las cenizas, y luchando contra el tiempo, trabajando a contrarreloj. Los de Soria han estado en la Comunidad Valenciana hace unos días también la tarea de extinción.

La provincia de Soria es un ejemplo en toda Europa en la extinción de incendios. Nuestra tradición de cuidar los montes para vivir de ellos, permanece viva, será de las pocas cosas que permanecen vivas en esta provincia, que demuestra que la conciencia de colaboración de los sorianos con el medio ambiente es máxima, ojalá ocurriera lo mismo en todos los ámbitos.