Los vecinos saltan el vallado del colegio San Juan de la Cruz para evitar el derribo
Los responsables del PP de Valladolid comunican a Manuel Saravia la pretensión de la Seguridad Social de "demolición completa del edificio". El concejal de Urbanismo pide una prórroga

Los vecinos que se han movilizado para evitar el proceso de derribo del San Juan de la Cruz / Cadena SER

Valladolid
Mientras los vecinos de La Rondilla se encaraman al antiguo colegio San Juan de la Cruz para impedir su demolición, la Seguridad Social se refugia en el silencio. El secretario de Estado en funciones, Tomás Burgos, rehuye cualquier tipo de respuesta que justifique por qué la Administración Central continúa adelante con el proyecto de construcción de un edificio administrativo en contra de la voluntad del Ayuntamiento de Valladolid.
Ni siquiera ha conseguido una respuesta oficial el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, alcalde en funciones. A pesar de la incomunicación con los altos cargos de Madrid, Saravia sí ha mantenido contactos con los dos máximos responsables del Partido Popular de Valladolid (Ramiro Ruiz Medrano y Jesús Julio Carnero) y con la directora provincial de la Seguridad Social, Paula Roch. La conclusión del edil de Urbanismo es que este departamento del Gobierno sigue con "la intención de la demolición completa del edificio".
Varias decenas de vecinos se concentraron a las 7:00 junto al antiguo centro educativo ubicado a cincuenta metros del antiguo hospital Río Hortega. Tras apartar las vallas, accedieron al interior del recinto para visualizar su malestar por los planes de la Seguridad Social.
"No queremos que nos ocurra como hace veinte años con la tala masiva de los árboles de los jardines de La Rubia", advirtió Marisol Moráis en el acto reivindicativo. La nostalgia de exalumnos que cursaron la EGB en el colegio precintado, como Miguel Ángel Bocos, se fundió con un sentimiento de incomprensión. "Es una decisión contra La Rondilla que no entiende el barrio", opinó Conchi Ayala.

Agencia Ical

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Los testimonios de los más veteranos, recogidos por la Cadena SER, evidenciaron, sobre todo, indignación. Además, participaron algunos jóvenes que desde hace varios años proponen un uso social del inmueble, una vez rehabilitado. Entre ellos estaban Raquel y Aisa. A punto de cumplir los 18 años, estas jóvenes reclamaron un espacio público con alternativas para todos los colectivos.




