Evoluciona favorablemente la mujer tiroteada por su exmarido

Zaragoza

Continúa estable dentro de la gravedad la mujer que fue tiroteada este viernes en Zaragoza por su exmarido e ingresada en la UCI del Miguel Servet. No se teme por su vida.  Él está en estado crítico, en el Clínico.  Se habían separado hace un mes y no constaban denuncias previas por malos tratos. La Policía Nacional ha abierto una investigación interna porque madre e hija acudieron esta semana a la Policía pero no se llegó a presentar denuncia. 

Los hechos ocurrieron, el viernes por la mañana, en la calle Juan Pablo II, a la salida de un garaje de un edificio de viviendas frente al centro comercial Aragonia, en un vehículo que conducía su hija. El exmarido, empresario, estaba esperando en la calle y disparó contra el vehículo, hiriendo de gravedad a su exmujer. La hija  de ambos, que conducía el vehículo, consiguió trasladar a su madre hasta el Clínico, donde fue intervenida y, posteriormente, fue trasladada al Miguel Servet para una nueva intervención quirúrgica. Él, tras disparar a la mujer, se pegó un tiro en la cabeza.

Investigación interna en la Policía

La pareja llevaba separada escasamente un mes y no constaban denuncias previas por malos tratos. Sin embargo, la Policía Nacional abrió una investigación interna (denominada "información reservada") al conocerse que madre e hija habían acudido dos días antes del suceso a la comisaría del Centro de Zaragoza. 

Según ha podido saber la Cadena SER, las declaraciones de los tres policías coinciden en señalar que madre e hija acudieron a asesorarse sobre las órdenes de alejamiento, porque se estaba resintiendo la relación laboral por el proceso de separación, ya que el matrimonio trabaja en la misma empresa.

Según fuentes cercanas a esta investigación, preguntada por los policías en varias ocasiones, la mujer reiteró que no se sentía amenazada por su exmarido y no quiso presentar ninguna denuncia contra él para activar una orden de alejamiento.

Recordamos que Heraldo de Aragón publicó este sábado que en esa visita manifestaron ante los agentes que tenían miedo y que tenía armas, además de ser cazador y que practicaba tiro. Sin embargo, estas fuentes señalan que, si hubiera sido así, y aunque no hubieran puesto denuncia, se hubiera actuado de oficio e informado al juzgado.

En esta visita, la mujer afirmó que había mantenido una conversación telefónica con su exmarido, en la que habían discutido por asuntos laborales. Al parecer, el exmarido le exigía que, tal y como era su cometido en la empresa, realizara una transferencia bancaria de 40.000 euros, a la que ella se negó.

Tal como publicó este domingo Heraldo de Aragón, dijo que esa conversación la tenía grabada. Sin embargo, no la ofrecieron a los agentes, según estas fuentes. Fue preguntada sobre si en el transcurso de esa discusión le había amenazado o había sido coaccionada y volvió a remarcar que no, que solo eran asuntos de la empresa, que le hacía trabajar mucho pero que nunca había habido amenazas.

Un superior fue requerido por los funcionarios, al que madre e hija habrían contado la misma versión: que acudían a asesorarse y que después hablarían con su abogado, que no les acompañó en esta visita.

Los agentes les insistieron en que, además de la Policía, también tenía a su disposición otros servicios como la Casa de la Mujer o el teléfono 016. De hecho, una hora después, en esas mismas dependencias policiales recibieron el caso de otra persona que sí que que interpuso denuncia por violencia de género. Fue remitida al juzgado y esa misma tarde se produjo la detención del agresor.

Los 3 agentes continúan en servicio.