Derrota y mala imagen en el arranque liguero

Soria

El Numancia debutó en la temporada con una derrota y con una mala imagen ante un Levante que tuvo más oficio, más músculo y más acierto. Impreciso y sin ideas, el cuadro local no supo aprovechar que los visitantes se quedaron con un hombre menos justo después del gol de Jason. Se desquiciaron solos e incluso acabaron con nueve jugadores por las dos rojas, rigurosísimas, que vieron Unai Medina y Pedraza en la recta final. El árbitro del encuentro, el asturiano González Fuertes, fue el que pitó dos penaltis inexistentes y expulsó a Anquela en Girona hace dos temporadas.

La primera mitad fue muy equilibrada, con alternancia en el dominio del balón por parte de ambos equipos y con muy pocas llegadas a las áreas. Mucho centrocampismo y poca verticalidad fueron las notas predominantes. A los diez minutos el mediocentro levantinista Natxo Insa probó fortuna, pero su disparo se marchó desviado. Las únicas ocasiones, sin peligro, por parte del Numancia sólo llegaban a través de lanzamientos laterales de falta de Julio Álvarez que no encontraban rematador. Roger buscó la portería soriana en un par de arrancadas, pero sus remates carecieron de puntería. Los locales tardaron 38 minutos en probar a Remiro, con un disparo de Luis Valcarce, con la pierna derecha (la mala), tras un buen recorte en el área, sin problemas para el cancerbero del Levante. El primer periodo se cerró con otro lanzamiento lejano de Insa que detuvo Munir sin mayor dificultad.

Muñiz movió banquillo al descanso, retirando al amonestado Verza e introduciendo a un hombre con más fútbol como Campaña. Siguiendo por los derroteros de la primera arte, volvió a ser el Levante el primero en avisar con un disparo desviado de Espinosa. Julio Álarez tuvo la mejor ocasión con un remate de cabeza desde dentro del área pequeña, totalmente solo, que atrapó Remiro. Corría el minuto 60 cuando Espinosa en la frontal asiste a Jason, que llevaba escasos minutos en el campo, para que del delantero bata a Munir con un disparo raso. Un minuto después el Levante se quedó con diez hombres por la expulsión de Toño, que vio su segunda amarilla. A pesar de la superioridad numérica de los sorianos, los de Arrasate no tuvieron su día y los granotas se multiplicaron en el esfuerzo sobre el verde. Íñigo Pérez probó fortuna en tres ocasiones con sendos disparos que detuvo Remiro.

El Levante tiró de oficio y músculo, ante un cuadro local perdido, fundido y sin ideas, que era incapaz de hacerse con el control del partido, y más con los cambios de Arrasate, que retiró a un central para meter a un extremo reubicando a varios jugadores, como Capilla de mediocentro y Ruiz de Galarreta de central, que se vieron totalmente desubicados. Y en la recta final llegó la locura, con dos rojas seguidas para los locales, Unai Medina y Pedraza (que llevaba 30 segundos en el campo), por sendas faltas en el centro del campo, ambas excesivamente rigurosas, que terminaron de desquiciar a los locales, tanto a jugadores como aficionados, que ya se estaban temiendo la actuación del colegiado, de ingrato recuerdo, cuando hace dos tempordas expulsó a Anquela y pitó dos penaltis en contra al Numancia en Girona.