Dos piernas y cuatro patas para llegar a Santiago
Un grupo de 25 peregrinos invidentes llegaron ayer a la Plaza del Obradoiro junto con sus perros guía después de recorrer 100 kilómetros del Camino de Santiago
Santiago de Compostela
25 personas mostraron ayer al mundo que no hace falta ver para consguir algo grande. Son un grupo de invidentes que conquistaron la plaza del Obradoiro después de que sus pies, y las patas de sus perros guías, recorrieran cien kilómetros del Camino de Santiago.
Son miembros de la Asociación de Usuarios de Perros Guía de la Comunidad Valenciana y han decidido superar, etapa tras etapa, el estereotipo de que las personas con ceguera no pueden hacer vida normal.
Los obstáculos que se han ido encontrando por el camino no distan demasiado de los que tiene que afrontar cualquier peregrino que se enfunde las botas de montaña. "Llevas mochila, vas andando con calor, había zonas de mucho sol... Te preocupas no sólo por ti, sino por el perro", explica Vicente Galiana, presidente de la asociación. Y es que las altas temperaturas son, quizá, uno de los grandes retos a superar por aquellos que van guiando unos palmos más cerca del suelo.
Gracias a los perros guía, las personas ciegas consiguen superar este objetivo y otros muchos, y es que, en palabras de Paco, el secretario de la asociación, "tú vas con tu perro y hay muchas veces que no recuerdas la deficiencia que tienes". Por eso y por toda la dedicación y fidelidad, estos compañeros perrunos recibirán, como no podía ser de otra forma, su propia Compostela.
El otro puntal que ha permitido que estos 25 peregrinos hayan llegado hoy a tierras santiaguesas son los voluntarios, como Marta o Juanba, fotógrafo de la asociación, que hablan de una experiencia maravillosa y enriquecedora.