Una semana de la desaparición de Diana Quer
La documentación de la joven madrileña ha aparecido en la casa de A Pobra por lo que los padres insisten en que no se trata de una marcha voluntaria
Santiago de Compostela
Una semana es el tiempo que lleva desaparecida la joven madrileña Diana Quer López Pinel, que veraneaba en A Pobra do Caramiñal con su familia. Una posible marcha voluntaria sigue siendo manejada por la policía pese a que los padres están convencidos de que su hija no se fue por su propio pie. Basan su argumentación en la documentación de Diana que encontraron en la casa y que, por tanto, no se llevó con ella.
Algunos testigos aseguran que hubo una fuerte discusión entre la madre y la hermana con la joven desaparecida en los días previos a la desaparición, y que tanto la progenitora como Valeria, su hija pequeña, acudieron a los servicios médicos con ataques nerviosos.
Hace días se conocían los detalles de su última conversación por Whatsapp, a las tres menos veinte de la madrugada del domingo. En ella, Diana le decía a una amiga "me estoy acojonando, un hombre me está llamando" en referencia a un varón de etnia gitana. Tras conocer esos mensajes, se empezó a sospechar de los feriantes que trabajaban en A Pobra por las fiestas.
No se conocen más detalles, los padres siguen pidiendo públicamente a su hija que tenga fuerza y lanzando el mensaje de que la encontrarán. Las hipótesis se mantienen abiertas y la búsqueda no se centra sólo en el municipio coruñés. Este es el espejo de siete días de búsqueda cuando se cumple ya una semana sin noticias y sin pistas claras que permitan decantarse por una u otra vía.