El Canfranero
Unidos por el tren, Irene Contreras, con pasado ferroviario, y José Juan Luque, enamorado de esta forma de viaje, dialogan montados en el Canfranero, un vagón que tarda casi cuatro horas en hacer los 187 kilómetros entre Canfranc y Zaragoza.

El Canfranero / Jose Juan Luque

Córdoba
Es lunes por la mañana y hace frío en la majestuosa estación de Canfranc, de enormes ventanales, andenes vacíos y jaramagos sobre las vías. Antiguamente fue un punto fronterizo clave entre España y Francia, siempre abarrotado de maletas. Hoy, solo el viajero y el maquinista esperan, mezclados con algunos madrugadores que pasean por la zona. Suena Volver, de Morgan. Estoy dejándote volar, dice.
En el Canfranero no se vuela, pero sí se goza. Su estrecha vía entre montañas, las continuas limitaciones a 30 kilómetros por hora, el traqueteo, la invitación del maquinista a la cabina, la sensación de que nunca se va a llegar. El paso por estaciones en las que apenas se sube gente. ¿Y qué más da si no se llega? Jamás el destino tuvo tan poca importancia.

Estación de Canfranc / Cadena SER

Estación de Canfranc / Cadena SER
Viajamos sin prisa.
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Fotos contra canciones volumen 7. El canfranero. Córdoba Hoy por Hoy




