El árbitro desnivela un partido que acaba con derrota

El choque en Anduva tiene nombre propio, el del colegiado Ais Reig que pitó un penalti riguroso y expulsó de forma sorprendente, por doble amarilla a Gorka Santamaría a la media hora del partido. Además, desquició a los amarillos con faltas y tarjetas reiteradas siempre contra los intereses cadistas. También, el Cádiz no supo contemporizar. El gol de penalti, que suponía el 1-2 terminó de sacar al conjunto gaditano del partido que no pudo medir los tiempos del partido

El Cádiz comenzó ganando, dando una imagen seria y fiable. Primero Ortuño y luego Salvi pusieron en media hora la Cádiz con dos goles de ventaja y sin apenas sufrir ocasiones en contra. Salvi, Álvaro y Ortuño hacían mucho daño cada vez que se asociaban arriba y por detrás el conjunto de Cervera, no dejaba ninguna puerta para que el Mirandés gozase de ocasiones de peligro.

Todo cambiaba en el minuto 35, cuando Santamaría veía la segunda amarilla por evitar un contra. La primera fue por beber agua en el gol de Salvi. Los amarillos se fueron al descanso aguantando el marcador pero con diez jugadores. El Cádiz fue mejor que los locales en el primer tiempo. No sufrió apenas.

En la reanudación, los amarillos vieron como el colegiado pitaba un penalti riguroso de Garrido que transformaba Eguarás en el minuto 50. Los visitantes acusaron el golpe y cinco minutos más tarde Mesa hacía el empate a dos. Cervera intentó contener el centro del campo y de la defensa metiendo a Sankaré a Abdulllah y quitando a Salvi y Álvaro, algo que no le dio resultado. Tanto que con hombres de talla en el eje de la defensa, no se explica como Guarrotxena hizo el 3-2 rematando a bocajarro de cabeza casi sin saltar en el minuto 65. El partido moría en ese momento, ya que el Cádiz no era capaz de crear peligro y los locales se dedicaron a dejar pasar lo minutos.

El enfado cadista es patente, pero la realidad es que los amarillos se quedan con dos puntos en la tabla y que perdieron un partido que en la primera parte estaba ganado, y dando una imagen sólida. Pero, primero, los errores del árbitro y luego los propios dejan a los de Cervera con mal sabor de boca.