Ocupa y preocupa
La falta de gol, las expulsiones y la falta de un plan B en el juego del Numancia condenan al equipo
Cadena SER
Soria
“No nos preocupa, pero nos ocupa”. Es una frase que en más de una ocasión repitió durante el pasado curso el entrenador numantino Jagoba Arrasate, en referencia a las diferentes carencias o debilidades del equipo en diferentes momentos de la temporada. En ésta, empieza a haber cosas que preocupan, y mucho, y de las que habría que ocuparse.
Una de ellas es, todavía, el poco gol que tiene el equipo. Cierto es que, en cada partido se crean ocasiones medianamente claras y que el Numancia merodea con frecuencia el área rival. Pero no se acierta. Cuestión de puntería, de confianza o de fe. Eso sí, la estadística del pasado sábado fue positiva: 3 disparos, 1 gol (de Unai Medina). Con los delanteros recuperados (Acuña y Manu del Moral, y esta samana Jairo), ya no debe haber excusa con respecto a que falten esos efectivos en la parcela ofensiva. Curiosamente los dos únicos goleadores sorianos son defensas (el citado Medina y Callens).
Otro aspecto que llega incluso a ‘mosquear’ es el de las expulsiones: cuatro en cuatro partidos (tres rojas directas a Unai Medina, Pedraza y Pablo Valcarce y una doble amarilla a Regalón), frente a las 8 en todo el curso pasado (en el que el Numancia se hizo merecedor del premio al juego limpio). Rigurosas o no (en concreto la segunda amarilla a Regalón en Reus es para alucinar yel club la va a recurrir), lo cierto es que al equipo los árbitros le están sancionado, tal vez en exceso, las faltas que comete, con criterios o ‘listones’ dispares para cada colegiado, porque para otro trencilla esas tres rojas directas podrían haberse solventado con amarillas.
Y por último, pero no menos importante, falta un plan B. Con el centro del campo rojillo, con hombres de calidad como Julio Álvarez, Íñigo Pérez, Ruiz de Galarreta o Marc Mateu, la apuesta es por mover el balón con criterio, tener la posesión y buscar ese hueco que habilite a los delanteros. El problema es que al Numancia ya le tienen cogida la medida (como demostraron Alcorcón, Nástic o Reus) y en cuanto los rivales cierran filas y juntas las líneas, sin dejar espacios, el equipo rojillo se queda sin alternativas y echar la pelota hacia atrás y recurrir al balón largo (a veces pelotazo), queda como paupérrimo recurso. Tiene trabajo Arrasate, antes de que la preocupación vaya a más.
