Luis David Adame se despide como novillero por la Puerta Grande
Aquí puedes leer la crónica de la novillada celebrada este martes
Cadena SER
Albacete
Sexta de abono en la plaza de toros de Albacete, segunda y última novillada picada del mismo, con Pablo Aguado, Luis David Adame y Alfonso Cadaval en el cartel, con novillos de la ganadería de Guadaira.
La tarde estuvo marcada por las inclemencias meteorológicas y durante varias fases de la misma, jarreó con fuerza sobre el albero albaceteño y plagó los tendidos de paraguas y chubasqueros.
Pablo Aguado abrió plaza y quiso calentar al público en esta desapacible tarde recibiendo al novillo a portagayola. En la faena de muleta, el astado se vino abajo y el torero andaluz no pudo sacar nada positivo de él. En el cuarto, bajo una intensa lluvia, Aguado dominó muy bien los terrenos y cuajó una faena que el público quiso premiar con una oreja, pero la presidencia no consideró que la petición fuera mayoritaria y no concedió el trofeo.
Luis David Adame toreaba hoy la última novillada de su vida pues toma la alternativa el próximo domingo en Nimes y demostró estar mucho más hecho que sus compañeros de cartel. En el segundo de la tarde, Adame entendió muy bien al novillo y a pesar de la basta embestida del astado le arrancó una oreja que estuvo protestada por un sector del público. En el quinto, derrochó arte y torería y no hubo discrepancia alguna cuando la presidencia le concedió las dos orejas.
Alfonso Cadaval se llevó el peor lote de la tarde ya que el primer novillo de su lote se lesionó en una cadera al saltar al ruedo y fue devuelto a los corrales por inválido. El sobrero, también de Guadaira, saltó al ruedo también con algún defecto en sus extremidades traseras pero no fue devuelto como su hermano de camada. El novillo no dio opciones de triunfo y a pesar del empeño de Cadaval, no pudo embeberlo en su muleta. En el que cerró plaza, un manso de embestida tardía y abanta y que no bajó en ningún momento la cabeza, el diestro sevillano puso todo de su parte para arrancarle alguna tanda con clase pero el novillo no tomó el engaño e imposibilitó cualquier opción de triunfo.
