¿Quién cuida del cuidador?
Más de cien mil andaluces están diagnosticados de Alzheimer. La persona que les atiende suele mujer y familiar, que renuncia a su vida social y carga con el peso psicológico de la enfermedad

EFE

Sevilla
En Andalucía hay más de 100.000 personas diagnosticadas de Alzheimer. Un 40 por ciento de estos enfermos son grandes dependientes, es decir, necesitan ayuda para las actividades básicas de su vida diaria. La persona que les atiende suele ser un familiar, mujer en el 80 por ciento de los casos, que en su mayoría renuncia a su vida social y laboral para cuidarles durante las 24 horas del día.
Las asociaciones de pacientes y familiares quieren poner acento hoy, día Mundial contra el Alzheimer, en el largo camino que aún queda por recorrer para atender las necesidades de los cuidadores. Especialmente tras el retroceso en la Ley de Dependencia ejecutado por el gobierno de Rajoy, que dejó de hacerse cargo de la cotización de las cuidadoras familiares. Al desgaste físico y psicológico que supone asistir al deterioro progresivo de la persona querida, se suma el aislamiento social que sufren estas personas, que dejan su vida personal a un lado durante años y tienen serias dificultades para volver a encontrar un trabajo.
La Junta de Andalucía impulsa, de la mano de las asociaciones de pacientes y familiares, una nueva estrategia para el abordaje integral de la enfermedad, que incluye entre sus objetivos desarrollar las medidas oportunas que faciliten la reincorporación laboral de los cuidadores. La idea de partida es ayudarles en el proceso de la enfermedad y al término de la misma.
Desde que en 2002 se implantó el Plan Andaluz de Alzheimer se ha avanzado en este campo. Existe, por ejemplo, la Tarjeta +Cuidado permite mejorar y priorizar la atención y accesibilidad de las personas cuidadoras de enfermos de Alzheimer y otras demencias en el sistema sanitario público de Andalucía. Más de 90.000 personas cuentan con este documento. Existe también el programa ‘Al Lado Alzheimer’, que aporta recursos de ayuda emocional y psicológica para los familiares.
Pero como día tras día siguen denunciando los afectados, integrar a las familias y a los cuidadores en el abordaje de la enfermedad del Alzheimer como sujetos que sufren los daños colaterales, para paliar su sufrimiento, sigue siendo un reto social de largo recorrido.




