Puig y Puigdemont
La defensa de intereses comunes obliga a los dos presidentes a dialogar y, desde la lealtad institucional, reclamar lo que necesitan los ciudadanos de ambas regiones. Para eso también se les paga

Alicante
La reunión de los presidentes Puig y Puigdemont no ha dejado indiferente a nadie, lo cual está bien, ya que pone de manifiesto la necesidad de normalizar las relaciones entre dos autonomías fronterizas -con perdón, qué ganas tengo de provocar- que comparten tantos intereses.

La Columna de Carlos Arcaya / Cadena SER

La Columna de Carlos Arcaya / Cadena SER
Que no se puede dialogar con un independentista; que es un frente contra el Gobierno central; son algunas recriminaciones que ha recibido nuestro "Molt Honorable". Hombre, ya que estamos con reproches, lo que no estaría demás, es que la próxima reunión en esta autonomía -se van a celebrar, dijeron, cada seis meses- se lleve a cabo en Alicante. Para que las reclamaciones de esta tierra también se subrayen.
La defensa de intereses comunes obliga a los dos presidentes a dialogar y, desde la lealtad institucional -sin victimismos o demagogias, no miremos al pasado-, reclamar lo que necesitan los ciudadanos de ambas regiones. Para eso también se les paga. Se puede reivindicar sin ser incendiarios.
Y además, entre otras razones, lo que ha llevado a Cataluña al encastillamiento o a echarse al monte -como prefieran- es la ruptura de los puentes de entendimiento.

Carlos Arcaya
Licenciado en Ciencias de la Información por la EHU-UPV. Redactor de Radio Alicante desde 1992, antes...




