La soledad de los cuidadores de dependientes y la dejación administrativa

A Coruña

A sus 83 años Manuel se levanta cada mañana para ayudar a su mujer, Ana María, de 76, que está ya en una fase avanzada de su Alzheimer. Son años de deterioro primero detectado con cosas pequeñas, olvidos o dificultades para hacer las tareas cotidianas. Luego llega ese irse para no volver. Hace ocho meses consiguió la aprobación de una ayuda a la dependencia del 80 por ciento. Sigue esperando y pagando dos mil euros al mes, con la ayuda de su familia, para atender a Ana María en el día a día. Tiene 83 años, ella 76. La situación de estos ciudadanos vecinos nuestros es de las mejores posibles en el caso de una familia con una persona afectada por esta enfermedad. Pueden pagar ese dinero que algún día les devolverá la administración. Hay quien vende pisos, patrimonio, deja trabajo para enfrentar ese reto. Asociaciones como Afaco les ayudan. La Xunta desaparece y sólo reclama formularios y obliga a esperar. La enfermedad del olvido afecta a 60 mil personas en Galicia. La ley de dependencia fue un avance. Cuando se aplique con fondos suficientes será una revolución.