Esta semana leemos “Extraños en un tren” de Patricia Highsmith

Cuenca

Esta semana recomendamos la lectura del libro “Extraños en un tren”, de Patricia Highsmith. Olga Muñoz, la coordinadora de las bibliotecas municipales del Ayuntamiento de Cuenca, ha elegido este clásico de la literatura norteamericana cuya lectura puede completarse con la película del mismo nombre dirigida por Alfred Hitchcock en 1951.

El comentario de Olga Muñoz

La novela está basada en una idea genial, el crimen perfecto: un asesinato sin móvil. Dos desconocidos, Bruno y Guy, viajan en el mismo tren y comienzan a charlar. La conversación deriva a temas personales y Guy confiesa que le guarda rencor a su mujer porque le traicionó y ahora no quiere concederle el divorcio y además entorpece sus planes. Bruno, que es algo retorcido y manipulador, le convence de la ventaja que tendría deshacerse de su mujer, y le propone hacerle en trabajo sucio a cambio de que él mate a su padre, a quien Bruno odia. A ojos de Guy, esta conversación queda en el terreno de la teoría y la elucubración pero no así para Bruno, que ejecuta el asesinato y luego reclama al otro, ante su horror, que cumpla su parte.

Hay varios aspectos de la novela que la hacen inquietante: la mente psicópata y perversa de Bruno, que es un alcohólico, con complejo de Edipo; pero sobre todo la sospecha o la sugerencia de, hasta qué punto Guy, que es todo lo contrario, sensato, conservador, alberga también parte o mucha irracionalidad y sería capaz de cometer el crimen movido por su ambición y por su rencor. De alguna manera lo que odia y le repele de Bruno también podrá atraerle o le resultarle por lo menos una opción.

Se dice que Patricia Highsmith es la autora que da el paso de la novela de detective clásica de Sherlok Holmes, basada en la investigación y la deducción a la novela de intriga psicológica. En esta novela, ya sabemos quién es el asesino y la autora se centra precisamente en la personalidad de éste y en el sentido del crimen. Patricia Highsmith siempre se interesó por las consecuencias psicológicas del crimen y por esa parte oscura y límite con la demencia que hay en cada ser humano.

También resulta perturbadora porque el crimen sucede en un ambiente totalmente cotidiano, cercano, creíble. No se crean situaciones forzadas ni extrañas, de hecho esta conversación entre ambos personajes no parecía nada fuera de lo común. Los límites entre el crimen y lo cotidiano parecen desdibujarse.

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El acoso y la persecución de Bruno torturan al pobre Guy durante toda la novela, la culpa y los remordimientos se mezclan con el temor de que su nueva novia descubra el asesinato, y con la presión de que cometa su parte del trato. La tensión, la culpa, los sentimientos encontrados, la maldad… nos envuelven y nos atrapan en esta novela de la que Hitchcock tardó solo una semana en comprar los derechos tras su publicación.