A pocos años vista
La Firma de Doroteo González

Palencia
Si desde esta emisora de radio hoy les comunicasen noticias como que Adolfo Suárez preside el Gobierno de España o que los Marqueses de Urquijo han sido asesinados este pasado mes de agosto, pensarían que nuestro equipo de informativos se ha sumido en una prolongada siesta de casi cuatro décadas.
Porque estos aconteceres de los que les hablo ocurrieron en el año 1980. El año en el que murieron el mítico John Lennon, el director de cine británico Alfred Hitchcock o el tan recordado Félix Rodríguez de la Fuente. El tiempo en que nacieron Pau Gasol, Alicia Keys, Ronaldinho o Carolina Cerezuela. Fue cuando se celebraron los Juegos Olímpicos en Moscú y el Real Madrid gano la Liga y la Copa del Rey de Futbol... Y desde entonces han transcurrido 36 años de todo eso.
Pero está visto que a pesar de que el tiempo es inexorable, y que es imposible que vuelva atrás, nuestro sistema financiero está dispuesto a conseguirlo porque los nuevos objetivos de la banca dejarán su red de oficinas a nivel de hace 36 años. La nueva era de ajustes está transformando totalmente las plantillas de personal. Los considerados como expertos en esta materia consideran que aún sobran en España más de 5.000 oficinas.
Al cierre de 2015 el número de sucursales bancarias ascendía a 31.155, es decir, 15.143 agencias menos que en 2008 lo que ha supuesto rebanar 3.700 millones de euros en salarios. Los recortes adicionales ante el nuevo panorama implicarán el cierre de unas 3.000 oficinas más y a una reducción de plantilla de casi 15.000 empleados hasta 2019. Claro que hay otros expertos que manifiestan que la banca actual ya no es un sector, sino que se ha convertido en un caos.
Es curioso, pero cuando hablas con empleados de banca te dicen que ven pasar la vida durante largas horas cada día desde sus puestos de trabajo. Y lo hacen entre euros, transferencias, cheques y... gente, sobre todo gente, porque hay muchas personas que acuden con frecuencia a sus oficinas. Y, en general, te cuentan, que los clientes son muy amables. Que se muestran receptivos y colaboradores, anhelantes de obtener información y aclarar sus dudas. Pero el mundo digital ha venido fracturando diversos sectores, y también le toca a la banca. Cerrar oficinas parece inevitable pero quizás no es la primera gran decisión a tomar.
Permítanme una osadía: mi opinión es que la gran banca no tiene nada claro hacia dónde va y, lo que es peor, los reguladores bancarios tampoco. Quizás lo primero que deberían hacer es cuestionarse con humildad gran parte de su forma actual de hacer las cosas, y tal vez otro gallo cantaría.




