Trifulca entre vecinos en Puente Boeza al son de un "bolero de escándalo"
Agresiones e insultos protagonizaron el proceso de elección de directiva que disputan dos asociaciones, La Borreca Baja y Puente Boeza, y que conlleva la gestión de un local público, del ayuntamiento de Ponferrada, en el que se organizan bailes para la tercera edad
Ponferrada
El proceso de elecciones generales convocado para la tarde del sábado ha acabado en trifulca entre los partidarios de las asociaciones La Borreca Baja y El Puente Boeza. Bofetadas, cachavazos,muletazos, insultos... todo un espectáculo bochornoso entre personas mayores y a las que los más jóvenes no daban crédito.
Según relataron a estos micrófonos, la asociación denominada de La Borreca Baja lleva meses intentando que la otra, la del Puente Boeza entre en razón y acceda a dejarles utlizar el local para otros fines que no sean los de las fiestas de fin de semana para mayores, y a las que acuden desde otros muchos barrios de Ponferrada e incluso gente, aseguraban ayer, de Cubillos del Sil o de Puente de Domingo Flórez.
El caso es que ambos presidentes, Angel Cascallana Calvo (La Borreca Baja) e Isidro Alvarez González ( del Puente Boeza) parecían haber llegado a un acuerdo en la celebración de elecciones a junta directiva.
Más de 200 vecinos contrarios a la gestión de Isidro Alvarez González se personaban en el local para ejercer su derecho al voto, algo que les fue negado a pesar, según relataron, de que incluso la alcaldesa de Ponferrada y el teniente de alcalde, les había dado la razón en la idea de recuperar el mando de un local que disfrutan "sobre todo gente de otros barrios y otros pueblos " y al que a los del barrio propiamente dicho no se les deja entrar.
Una mano encima de la ranura de la urna impidiendo el primer voto desató la tensión que fue aumentando hasta que se llegó a las agresiones y a los insultos.
La llegada de la policía nacional puso un poco de calma a la situación en el interior de las instalaciones en las que sorprendentemente se "atrincheraron" los miembros de la ejecutiva de Isidro Álvarez hasta el punto de que algunos intentaban evitar las fotos en un lugar de titularidad pública.
Agentes de la policía nacional y la local intentaron dispersar a los cerca de 200 vecinos que se agolparon a las puertas del centro de usos múltiples, y entre los que también se produjo algún altercado.
Poco a poco los ánimos se fueron calmando, no sin antes reprochar a la alcaldesa, al teniente de alcalde, y al concejal Pedro Muñoz que hubiesen sido sus garantes en la participación del proceso y que después ninguno se hubiese dignado a pasar por allí para controlar que se permitía la elección democrática.
"Sólo había una papeleta con la ejecutiva de Isidro Alvarez y otra en blanco para que pudiésemos votar", renegaba un joven que aseguraba estar harto de pertenecer a un barrio en el que sólo se organizaban bailes para mayores y cuya asociación de vecinos nunca se preocupaba por el resto de los problemas de la gente de la zona.
"Es vergonzoso", lamentaba la joven a la que una mujer mayor le propinó un muletazo en el hombro con todas sus fuerzas.
Antes de disolverse, los vecinos decidieron votar de forma simbólica en el exterior para dejar constancia de todos los votos que se hubiese llevado la otra candidatura, la de Ángel Cascallana algo que tuvieron que hacer utilizando como mesa el capó de un coche.
Ahora, no sólo denunciarán las agresiones, aseguraron, sino que también acudirán al ayuntamiento para impugnar el proceso que se llevó a cabo y que pone al concejal de seguridad ciudadana en una difícil situación para conseguir que todos los vecinos vuelvan a "bailar juntos".