Cuando San Diego Alves no es suficiente

Valencia

La naturaleza no da saltos. Ni siquiera teniendo en el equipo a porteros que perfectamente podrían salir a jugar con la capa de superhéroe. El Valencia, pese a la exhibición de Diego Alves deteniendo dos penaltis, está hoy varios peldaños por debajo del que lleva varios años siendo uno de los mejores equipos de Europa.  

Con un sistema defensivo aprendido de memoria, tres perros de presa en la parcela ancha y la combinación perfecta de calidad y dinamita arriba, el Atlético de Madrid enseñó a Meriton la imagen del equipo que habitaba Mestalla no hace tanto. Una plantilla construida desde atrás, equilibrada, con dos jugadores por puesto y la competencia como primer mandamiento. De aquel Valencia del doblete, el mejor equipo del mundo en 2004, solo queda el escudo. 

Ojalá Prandelli, entrenador experimentado y acostumbrado a entornos en los que la presión va de serie, emplee la reciproca y exija al club la mejora de una plantilla descompensada e incompleta durante el próximo mercado de invierno. A ser posible, el 1 de enero. Mucho mejor que el 31 a última hora, como suele ser norma de la casa. Porque es sencillamente utópico imaginar un Valencia con opciones de acabar entre los cuatro primeros sin un '9' de garantías o un mediocentro más que facilite el sistema de rotaciones en el trivote. Eso, como poco.