Costurero Antich
El costurero Antich será el encargado de que todos crean satisfechas sus aspiraciones contrapuestas, como en Balears al reunir un arco desde Izquierda Unida hasta Unión Mallorquina, con perdón
'La línea roja' de Matías Vallés (04/10/16)
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Palma de Mallorca
Si necesitamos un pacto, hemos de llamar a Francesc Antich.
Lástima que el PSOE no solicitara antes el auxilio de un líder que por dos veces le birló la presidencia de Balears a un PP todopoderoso, que reunía 29 diputados sobre una mayoría absoluta de treinta.
Antich es el segundo president más longevo de Balears después de Cañellas. Ocupó el cargo ocho años. Y sin embargo, el senador socialista nunca ganó unas elecciones. Ni de mucho. Igual que Sánchez, si me permiten el sacrilegio.
Si el PSOE hubiera encomendado las negociaciones a Antich tras las elecciones de diciembre o de junio, los socialistas estarían hoy en La Moncloa.
Nada más llegar a la junta gestora, donde aporta uno de los tres votos disidentes frente a la mayoría aplastante de Susana Díaz, el senador mallorquín se ha distinguido por sus declaraciones sosegadas.
Susana Díaz habló de "coser" el partido, una metáfora que demuestra en sí misma la indigencia intelectual que corre en paralelo a la erosión electoral que sufre el PSOE.
Pues bien, el costurero Antich será el encargado de que todos crean satisfechas sus aspiraciones contrapuestas, como en Balears al reunir un arco desde Izquierda Unida hasta Unión Mallorquina, con perdón.
Cuesta imaginar al costurero Antich absteniéndose, pero no vota. Es una característica común a todos los líderes socialistas que exigen la abstención de los demás.
