Una sanidad ¿cada vez peor?

Palencia

El otro día me hablaban de un palentino que fue de vacaciones a Estados Unidos. Tuvo la mala fortuna de pisar mal en una acera y romperse la pierna entera. Además de mala manera. Tuvo que ser operado de urgencia y, en la puerta del hospital, le pidieron – y sino ni entraba ni le operaban – un montón de miles de dólares. Parte lo cubrió el seguro de viaje y la otra parte gran parte de sus ahorros.

Allí tienen otro sistema: cada uno paga su atención cuando lo requiere pero, lógicamente, a quienes tienen la fortuna de tener trabajo no se le sustrae parte del sueldo para fines sanitarios.

Aquí en España nuestra constitución dice en su artículo 41 que Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad.

Y la nuestra, la sanidad española, está entre las mejores del mundo, aunque ese ranking sería más justo si se hiciera entre comunidades una vez que se decidieron transferir los servicios a cada región autónoma. Cuestión que ha derivado en multitud de diferencias según donde vivas.

El caso es que, de la crisis hacia acá, la sanidad es peor en todos los sitios. Y lo es porque a quienes gobiernan se les ocurrió la infeliz idea de recortar… también en sanidad. También en lo que es más importante para todos. Bajas y vacaciones amortizadas, médicos y enfermeros con más horas de trabajo, más colas en las salas de espera y en según qué casos también un estado general de cabreo entre algunos profesionales de la sanidad que acaba influyendo en su trabajo, incidiendo en el paciente.

Y no hay nada más importante que la salud. Ni nada que más asuste. Por eso necesitamos una pronta y buena atención. Con profesionales pagados, y tratados, justamente para tratar del mejor modo posible a quienes pagamos cada mes por ello.

¿O es que en algún momento, durante la crisis, a alguien dejaron de descontarle en la nómina y por ahí los recortes? ¿No verdad?

Cierto que muchos tuvieron la desgracia de perder su trabajo pero tanto como que sólo con el dinero robado en ese período por algunos políticos españoles no hubiera sido preciso recortar… tampoco en sanidad.

Por eso queremos, y debemos seguir exigiendo, que los grandes chorizos españoles devuelvan el dinero que robaron.

Que se prohíban los paraísos fiscales y la ley nos proteja para que no pueda declararse insolvente quien no lo es.

Solamente con ese dinero no haría falta más para, entre otras muchas cosas, tener la sanidad que merecemos. Y que pagamos.