Vendemos hasta la arena
La compraventa no debe limitarse a los espacios naturales. Los cascotes del Palma Arena deberían encontrar un mercado, negro, naturalmente, que permitiera sufragar la desastrosa inversión
'La línea roja' de Matías Vallés (12/10/16)
01:14
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La noticia más relevante del año es la comercialización en 'eBay' de arena del Trenc envasada o de piedrecillas de Cala Tuent, con precios en torno a los cinco euros por frasco más gastos de envío.
De Mallorca se aprovechan hasta las piedras, como del famoso animal. La venta de arena empaquetada es un motivo de orgullo, un rasgo de egolatría o de geolatría, ya que hablamos de piedras.
Dada la demanda estival de las playas mallorquinas, existe el riesgo de que que se agote la arena. Nos quedaremos sin playa, pero algunos se habrán enriquecido con nuestro territorio. Bien mirado, la situación no es muy diferente de la que vivimos ahora.
El previsible agotamiento de la materia prima puede conducir a falsificaciones. Un mallorquín distingue perfectamente la arena de es Trenc o de Normandía, pero un cliente centroeuropeo sería fácil de engañar.
Para evitar imitaciones, se debe exigir la denominación de origen, y que cada grano de arena lleve impreso el 'Made in Balears', como hace Weiwei con sus pipas de girasol.
La compraventa no debe limitarse a los espacios naturales. Los cascotes del Palma Arena deberían encontrar un mercado, negro, naturalmente, que permitiera sufragar la desastrosa inversión.
Y si vendes la arena de es Trenc también puedes vender un auténtico zapato que ha pisado la arena de la playa. O un mechón de tu cabello que se ha tendido en la playa susodicha. Tenemos el futuro resuelto.