Ramon Llull era mallorquín
La tendencia mallorquina al olvido obliga a reivindicar la mallorquinidad de Llull, unas raíces olvidadas en otros genios globales como Miquel Barceló
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Palma de Mallorca
Llamamos mitos globales a aquellas personas que son ma´s famosas en el conjunto del planeta que en el lugar donde nacieron.
Ramon Llull es un mito global, según demuestra la sorpresa que usted muestra al saber que vamos a dedicarle este comentario cuando cumple otro siglo de existencia.
La tendencia mallorquina al olvido obliga a reivindicar la mallorquinidad de Llull, unas raíces olvidadas en otros genios globales como Miquel Barceló.
La generosidad mallorquina permite que TV3 baraje el idioma catalán de Llull con la geografía de su nacimiento.
Más perturbador resulta el confusionismo del entonces president José Ramón Bauzá. Para evitar la mención al catalán en la inauguración del Año Llull, dijo que escribía en "lengua romántica", sea lo que sea.
Como de costumbre, los mitos mallorquines han de reivindicarse por su impacto exterior. El siglo veinte no podría pasarse sin las figuras esclarecedoras de Borges y de Umberto Eco. Ambos intérpretes de la realidad no se limitaron a destacar la importancia de las enseñanzas lulianas en su pensamiento.
Sobre todo, Borges y Eco señalaron a Llull como el gran precursor de una civilización basada en la informática, y eso que comenzó su vida de estudio traspasados los cincuenta.
Solo los mallorquines nos atrevemos a prescindir alegremente de Ramon Llull.