‘Cuando hablen de la Patria’
Tarifa
Con la venia Juanma.
Permíteme primero, nobleza obliga, dar las gracias a Radio Algeciras por depositar su confianza en mi persona e invitarme a participar de esta ventana de libertad.
Dicho esto, me estreno en estas lides trayendo a colación el sentimiento patrio que muchos sienten cuando miran a la imponente mole de Gibraltar, deseando clavar en su cima un trapo de colores por el que muchos derramarían la última gota de la sangre del vecino.
Firma Shus Terán, 'Cuando hablen de la Patria
02:47
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/048RD010000000045731/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
La casualidad ha querido que aborde la sagrada patria, cuando me encuentro en las cercanías del High Park, cruce el Manhattan Bridge prolongando mi mirada hacia Long Islad buscando las ballenas que José Hierro vio varadas, entre norias, carruseles y nubes de azúcar abandonadas por los niños.
La patria no es nada físico, sino un sentimiento que se acrecienta en nuestro interior, sobre todo cuando estamos más lejos de nuestra parcela de comodidad y felicidad. La patria, con la que muchos se llenan la boca en su defensa territorial mientras se lo llevan calentito a sus paraísos, no pasa por reclamar un estado, un sitio, un lugar, una colina que conquistar o recuperar. No se es patriota por anhelar riscos, sino por cuidar de ese lugar al que llamamos Patria.
No entiendo esa fijación del Sr. ministro de la cartera de exteriores por tensar relaciones entre vecinos. No entiendo que quiera clavar su roja y gualda antes de lo que se crea Picardo. No entiendo que Picardo no quiera que ondeé la bandera de España en Gibraltar ni en 4.000 años. Quién sabe dónde estarán Picardo y Margallo dentro de 4.000 años.
Pero lo que verdaderamente no entiendo, es ese afán de conseguir más patria, más tierra allende los mares, cuando a muchos de esos que enarbolan las banderas en su particular cruzada, no les importa hacer un despojo de la tierra que pisan. Y no hablo de esta España que siempre fue dos, sino de la patria de cada uno, de Jimena, Castellar, Los Barrios, La Línea, San Roque, Algeciras, Gibraltar o Tarifa. Cuando pisoteamos su entorno, derramamos en sus playas, incendiamos sus bosques y pateamos una botella de plástico que permanecerá en nuestra puerca patria 4.000 años.
Para ser patriota hay que amar la patria y para amar la patria, hay que respetarla y cuidarla. Y recuerdo esos otros versos en los que un poeta canta: Cuando hablen de la patria, recuerden que es mejor, tenerla a nuestro lado, que ser su salvador. Por repetir su nombre, no te armas de razón. Aquí cabemos todos, o no cabe ni Dios.