El niño de Carrión de los Condes que suspendía y sabía explicar el ‘Bosón de Higgs’
Se trata de un caso paradigmático de los niños superdotados
Madrid
La mitad de los alumnos superdotados, con altas capacidades y TDAH fracasa en el colegio, pero la educación inclusiva puede acabar con ello, como demuestra Mario, un niño de Carrión de los Condes (Palencia), que con 12 años ya es feliz tras superar cursos en los que podía explicar "el bosón de Higgs", pero suspendía y pasaba las clases castigado.
Bajo el lema "La identificación de los superdotados y la excelencia educativa", se celebra este fin de semana en Madrid el IV Congreso Nacional de Superdotación y Altas Capacidades, en el que educadores, padres, psicólogos y otros expertos abordarán cómo acabar con el sufrimiento que viven muchos niños y sus familias por ser "distintos".
Luis García, director del colegio Areteia de Madrid -centro pionero y con más de 35 años de historia en la educación inclusiva- acude a este foro organizado por la Fundación El Mundo del Superdotado, con la colaboración del Ministerio de Educación y la Fundación "La Caixa".
Explica que el superdotado tiene un coeficiente intelectual superior a 130 y en el de altas capacidades se incluye también la creatividad o la eficacia en el desarrollo de las tareas.
No tienen Trastorno por Déficit de Atención
Esos niños "no tienen necesariamente Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), pero sí son perfiles en los que a veces se complementa o confunde", afirma García.
Son muchachos "hiperactivos mentales" al tener "intereses simultáneos" -continúa García-, todos necesitan seguimiento y estímulo en su aprendizaje.
Además, tienen "una escasa integración y susceptibles de ser rechazados por tener inquietudes y aficiones diferentes", recalca García.
A ese centro privado, con un modelo de educación personalizada, llegó el pasado curso Mario después de que su familia, de Carrión de los Condes (Palencia), decidiera dejarlo todo para poder estar entre semana en Madrid.
"El cambio de Mario ha sido radical y vuelve a ser feliz", reconoce su madre, Mercedes Martín, quien llevó a su hijo hasta a cinco centros de psicopedagogía en los que coincidieron en que tenía TDAH y Altas Capacidades.
"Mi hijo está ahora feliz, pero ¿y todos los demás?", se pregunta Mercedes -madre de otros tres hijos-, que no olvida la "estigmatización" que pueden sufrir estos niños "al no ser comprendidos ni bien atendidos".
Ella se puso "manos a la obra" cuando con 3 años Mario salió un día de clase y todos los compañeros llevaban un regalito menos él porque lo habían castigado.
Pidió reuniones y detectó que el orientador del colegio nunca había ido al aula a ver cómo se comportaba el niño.
Muchos están en la cárcel
Estos chicos llegan a "tirar la toalla cuando ven que a mayor esfuerzo menor recompensa", apunta Mercedes, que recuerda cómo su hijo le ha resumido la diferencia entre sus profesoras: la del otro colegio me dijo que con ella "las gracias justas porque sino me iba a enterar", y la nueva me ha dicho que "le gusta dar muchos abrazos y enhorabuenas pero para eso necesita que la ayude".