El "me quiere, no me quiere" de la política local, el empleo y las mujeres
A Coruña
Llevamos un año y medio en que la política local habla más de las llamadas telefónicas o los correos electrónicos que se envían entre los grupos políticos que de los problemas de los ciudadanos. Un año y medio de Sálvame, de un "me quiere, no me quiere" más que de un Concello que encara lo esencial. El error evidente del comienzo del gobierno de la Marea de no arrancar con una mayoría estable en el pleno municipal, llevando el argumento de la negociación como centro de la política local, se ha acompañado de un PSOE que ha servido a la estrategia del PP de falta de diálogo, con ese "no nos convoca", o "nos llamó sin tiempo" como un mantra. Al ciudadano medio le da igual quien mandó un correo electrónico o quien cogió un teléfono, de verdad. Ni siquiera cómo iba vestido alguien en la foto del congreso de medianas empresas. Un congreso en el que, a la vez que el Rey hablaba de buscar empleo estable, hubo ponentes que dijeron que lo importante era que la gente trabajara, más que las condiciones del trabajo. Al ciudadano sí le importa la calidad de ese trabajo, y que lo haya también y que las cosas del común funcionen. La obligación de un partido en el gobierno es buscar estabilidad para sacar las cosas adelante. La de un partido que apoya una investidura tener una actitud receptiva para que las cosas funcionen. Por cierto en la foto de los directivos y propietarios de empresas familiares a las mujeres había que buscarlas, dos o tres, en un rincón y detrás. Casi invisibles. Algo me suena.
Las palabras de Felipe VI, representante de una institución "familiar", por cierto.
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